Bajo un sol de treinta grados, centenares de binissalamers se ‘pelearon’ este sábado en la Gran Batalla del Raïm, un acto que, junto con el pregón, dan el pistoletazo de salida a Sa Vermada. Eran más de quinientos los sobretodo niños y jóvenes que se metieron de lleno en el solar anexo al polideportivo para lanzarse puñados y puñados de uvas y acabar embadurnados de barro y mosto. Algunos con gafas de bucear para que no se les empaparan los ojos, otros también con gorros de natación, mientras que la mayoría, iban ‘a pelo’ sin ningún tipo de protección frente las uvas. Eso sí, entre los más pequeños no solo hubo risas, también llantos. «No quiero que me tiren uvas mamá», lamentaba un pequeño nada más entrar ‘en combate’ a la vez que una niña le decía a su padre que «me quiero ir». La mayoría, en cambio, disfrutaban al máximo de la neofiesta que cada año congrega a más adeptos.
La gran batalla de Sa Vermada
Quinientas personas participan en esta popular neofiesta para acabar embadurnados de barro y mosto, en una jornada donde el sol no dio tregua
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1 comentario
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Hi hauria d'haver un munt de rem pels més petits!, així com està Montat els de 6,7 8 vuit anys no poden participar