El alcalde Llompart visitó este miércoles el edificio junto a las arquitectas municipales.

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El municipio de Marratxí contará con una de las bibliotecas más grandes de Mallorca en el edificio de sa Refinadora. Así lo anunció ayer el Ajuntament durante la visita a las obras de la antigua fábrica de algarrobas. Los trabajos de la primera fase del proceso de rehabilitación están casi listos. El alcalde de la localidad, Jaume Llompart, visitó ayer por la mañana el edificio junto a las dos arquitectas municipales para «tomar ideas y planificar la segunda fase» del proyecto así como empezar su redacción. De momento, la reforma del patio y la nave ya están listas para poder abrirlas al público, no en vano sa Refinadora acogió el pasado mes de mayo la proyección del documental Sa Refinadora, una historia d’es Pont d’Inca en donde, el anterior equipo de gobierno quiso poner en valor el papel de este emblemático edificio, recordar el pasado industrial del Pont d’Inca y, a su vez, presentar parte de la nave ya rehabilitada.

El actual alcalde, Jaume Llompart (PP), señaló este miércoles que el objetivo en sa Refinadora es tener un «espacio polivalente» donde se puedan realizar diversas actividades culturales así como reproducciones audiovisuales u obras de teatro. Llompart recordó también que es un «espacio muy querido para los vecinos del Pont d’Inca y que ahora cuando ya se ha terminado la primera fase con la nave y el patio reformados, le podrán dar un uso».

Por su parte, la arquitecta municipal, Lara Nadal, explicó que la visita de este miércoles les ayudará a planificar como será esta segunda fase de las obras así como determinar como se distribuirán los espacios vacíos. Nadal aseguró que el uso de sa Refinadora «será inmediato» aunque la intención del Ajuntament es aprovechar las diez naves con las que cuenta el antiguo edificio y que, de momento, solo está funcionando una. Con ello, el actual equipo de gobierno confía que sa Refinadora se convierta en un referente sociocultural, «que estará dotado de diferentes equipamientos culturales como un teatro o una biblioteca» y que aspira a ser un referente dedicado a la música y las artes. Sa Refinadora empezó a funcionar en 1931 para el tratamiento de la algarroba y contribuyó decisivamente a la dinamización social del Pont d’Inca. Desde 2005, este edificio es de titularidad municipal.