El momento de mayor concentración de público fue entre las 18.30 y las 20 horas en sa Pobla. | Assumpta Bassa

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La imagen que presentaba este domingo por la tarde la Plaça Major de sa Pobla nada tiene que ver con lo que se espera en una situación pandémica con la nueva variante ómicron batiendo récord de contagios. El Ajuntament pobler había anulado todos los actos multitudinarios (el piromusical y el ball dels caparrots) con el objetivo de evitar aglomeraciones. También prohibió los foguerons en la calle, pero una convocatoria anónima lanzada a través de redes sociales acabó en una glosada popular multitudinaria sin ninguna medida sanitaria. Ni mascarillas, ni distancia social. La multitud se agrupó en torno a los glossadors y sus ximbombes entre las 18.30 y las 20 horas. A partir de ese momento (justo la hora de inicio de las completas en la iglesia) solo quedaron algunos grupos dispersos.

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Las imágenes que corrieron como la espuma causaron todo tipo de reacciones en sa Pobla. Los que se habían quedado en casa sin caparrots ni piromusical, cargaron contra la «falta de responsabilidad» de la glosada multitudinaria. Mientras, otros en las calles eran partidarios de seguir con la fiesta. Sebastià Franch, regidor de Policía de sa Pobla, aseguró al salir de Completes que no tenía constancia de que se hubieran producido incumplimientos de las medidas sanitarias. «Ha habido concentración de gente durante la glosada, pero creo que llevaban mascarilla y la policía me dice que no ha habido incidentes», explicó. «Es algo muy similar a lo que se puede ver cualquier fin de semana por la noche», añadió. Las imágenes hablan por sí solas.

Contraste

En contraste con lo que se vivía fuera, en la iglesia parroquial apenas 300 poblers acudieron a las Completes. Se celebraban con aforo limitado y reserva previa. La Obreria de Sant Antoni quería así garantizar la seguridad sanitaria y tampoco nombró este año a un clamater. No obstante, el clamo «Visca Sant Antoni» se mantuvo vivo. Hasta este domingo poco se sabía de quién clamaría en la iglesia, salvo que el papel lo asumiría, en ausencia del clamater por la pandemia, uno de los miembros de la Obreria de Sant Antoni. Finalmente la elegida fue Francisca Crespí Cantallops, hija de Martí Crespí Cañellas, el miembro más veterano de la Obreria que falleció el pasado mes de diciembre. Acompañó a las autoridades locales en la iglesia la presidenta del Consell de Mallorca Catalina Cladera. Hoy está previsto que el obispo Sebastià Taltavull presida a las 11h la misa en honor al patrón. También se prevé el nombramiento de un nuevo patrón que aportará sangre nueva a la Obreria de Sant Antoni.