El precio del cordero sube a valores de hace 15 años por la lengua azul y la sequía

Así lo aseguraba ayer el responsable de la Cooperativa Pagesa de Pollença, Martí Solivellas, que aseguró que el cordero lechal se paga a 8,60 euros, mientras que los de más de 12 kilos se pagan a 6,20 euros, casi dos euros más que el mes de enero. «No hay corderos en la lonja de Sineu, esta es la realidad», apuntaba Solivellas mientras recordaba que aunque ahora los precios estén al alza esto no reportará grandes beneficios para los productores ya que «podemos encontrarnos en el mes de diciembre, por Navidad, sin animales de aquí», lamenta. Esto provocará tener que importar corderos de la Península con precios mucho más bajos y que pueden ‘romper’ la dinámica del pequeño mercado insular ovino.

Solivellas achaca la situación al brote de la lengua azul detectada en Baleares el pasado mes de julio y que ha afectado a centenares de animales. Las cifras oficiales que maneja la Conselleria de Agricultura es que 865 cabezas de ganado (entre ovino y vacuno) han sido infectadas por el virus y que, de estas, 404 animales han muerto. Las cifras, añade Solivellas, son mucho mayores «solo en Pollença debe haber más de 400 animales muertos, lo que pasa es que los ganaderos no quieren comunicarlo, lo esconden».

También la Conselleria de Agricultura reconoce que la cifra real de animales infectados debe ser mucho mayor a la confirmada en la dirección general. En total se han contabilizado 255 avisos de explotaciones afectadas.

Señalan que en un primer momento hubo cierto nerviosismo en el sector ya que se dieron ‘reinfecciones’ entre los animales ya vacunados por lo que Agricultura solicitó un estudio sobre la eficacia de la vacuna. «Se ha comprobado que tiene entre un 80 y un 90 % de eficacia», aseguran desde el Govern que destacan que la resistencia genética puede variar pero que la vacunación masiva ha funcionado. El veterinario Tolo Palou añade que se vacunó a animales que debían estar incubando el virus, por lo que el antídoto no hizo el efecto deseado en ese momento.

Palou aclara también que este ha sido un año agrícola muy malo que ha perjudicado a la cabaña. «La falta de pastos verdes ha afectado considerablemente el nivel alimentario de los animales que, unido al virus, han provocado esta situación», explica.