Imágenes de las obras de retirada de la Cruz de los Caídos en Bunyola. | Teresa Ayuga

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A las ocho y media de la mañana, de la forma más discreta posible y sin mayor presencia que la de los operarios municipales y algunos vecinos que, de camino al trabajo, pasaban por la calle Cerdà y se detuvieron unos segundos para fotografiar el momento con sus teléfonos móviles, el Ajuntament de Bunyola retiró este juevs la Cruz de los Caídos, erigida en septiembre de 1939 sobre las escalinatas que conectan la vía mencionada con la calle de Santa Catalina.

Con el desmantelamiento del símbolo cristiano, el Consistorio presidido por el alcalde Andreu Bujosa (EOB) se limita a cumplir con la ley de Memoria Histórica, pese a que, desde hace 30 años, el monumento permanecía libre de cualquier referencia franquista. En 1991, el pleno del Ayuntamiento aprobó calificar sa Creu (que es como popularmente se conocía en la localidad) de «símbolo de democracia y convivencia del pueblo de Bunyola», al haber sido previamente descontextualizada de cualquier signo que recordara a la Guerra Civil o a la posterior dictadura militar. De su base fueron eliminados entonces los nombres de los vecinos que perdieron la vida con el bando ‘nacional’ durante los tres años que duró la contienda.

Concluidos ayer los trabajos para la retirada de la cruz, el Ayuntamiento colocó en el espacio que ocupaba el monumento una gran jardinera plantada con un olivo, árbol que tradicionalmente simboliza la paz y que permanecerá en el lugar hasta que el Consistorio decida que colocar en el lugar.

Para ello, el área municipal de Participación Ciudadana ha abierto una consulta popular, bautizada con el nombre Qué hi posam?, para que los vecinos puedas formular sus propuesta de remplazo. Eso sí, las propuestas deben cumplir con dos requisitos. Uno: que sean realizables en función de los recursos municipales y, dos: que sean propuestas que vayan en la línea de los programas electorales de las dos formaciones (Esquerra Oberta de Bunyola y PSOE) que conforman el equipo de gobierno. En declaraciones a este diario, el alcalde informó ayer mismo que el monumento de la cruz estaba formado por una estructura de hormigón forrada de piedra viva.

El hormigón fue directamente destinado al reciclaje, mientras que los bloques de piedra sí fueron ‘salvados’ y guardados en el almacén municipal. Según Bujosa, las piedras servirán en un futuro para embellecer aceras o demás espacios públicos. Según fuentes municipales, la retirada de la cruz ha suscitado opiniones encontradas: «Hay gente que lo aplaude y otra, de más edad, que no lo entiende». Por su parte, la oposición ha intentado hasta casi el último momento mantener el monumento en su lugar.

Oposición

Notable trascendencia tuvo la moción presentada por PP y Vox en la que ambos partidos solicitaban al Ayuntamiento que declarara que, libre de cualquier resonancia franquista, sa Creu no constituía un monumento de odio, ni de enfrentamiento entre españoles, «sino de recuerdo entre aquellos vecinos de Bunyola que lucharon por España en uno y otro bando, sin exaltación de los enfrentados, siendo un símbolo de concordia y un elemento fundamental para la comprensión de la historia».