Desde el año 1983 se han producido 364 incendios en el que se considera ‘punto más caliente’ de Baleares. | Redacción Sucesos

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Desde el año 1983, en el que el Servei de Gestió Forestal comenzó a registrar los incendios que afectan a s’Albufera de Mallorca, se han registrado 364 fuegos que han calcinado una suma total de 2.192 hectáreas.

Los expertos consideran este espacio protegido como la «zona más caliente» de Baleares en materia de incendios. A diferencia de lo que ocurre en otros enclaves de la Isla, s’Albufera arde principalmente en otoño e invierno. En un 99 por ciento de los casos la mano del hombre enciende la mecha. Solo un uno por ciento de los incendios tiene un origen natural (caída de rayos). Así lo explica Oriol Domenech del Servei de Gestión Forestal del Govern.

«Cada año entre septiembre y febrero se producen incendios en la Albufera aunque no todos tienen la intensidad del que hemos vivido este 2020», explica Domenech. El peor incendio registrado hasta la fecha es el de 1990 que quemó 737 hectáreas. En el año 2000 ardieron 450 hectáreas y el del pasado fin de semana es el tercero en el ranking histórico con una estimación inicial de 438 hectáreas calcinadas.

El 50 por ciento de los incendios que forman parte del registro histórico son intencionados. El resto son accidentales debidos a causas muy diversas (cigarrillos, quemas agrícolas, uso indebido o accidentes con maquinarias, entre otros).

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«Hay un problema de partida que es definir qué consideramos s’Albufera, pero se puede llegar a decir que entre un 80 y un 90 por ciento de los incendios se producen en la llamada zona de influencia, fuera del parque natural», explica el técnico.

Añade que «es muy difícil determinar la motivación que lleva a alguien a prender fuego a s’Albufera, pero hay indicios que apuntan en algunos casos a una quema intencionada para favorecer la caza, otros a quemas no autorizadas de restos vegetales... lo cierto es que la mayoría de incendios son de causa desconocida».

El origen

Buena parte de los incendios registrados en la Albufera (los del 99, el 2000, el 2005 o este de 2020, entre otros) fueron provocados fuera del parque aunque acabaron llegando al corazón del mismo. «Normalmente se originan en la parte oeste (la zona de sa Pobla) favorecidos por viento del oeste». «El combustible vegetal (el 92 por ciento de la vegetación que ha ardido es carrizo) y el viento, unidos a la dificultad de acceso para los medios terrestres» hacen muy difícil la extinción, lamenta Oriol Domenech.