El bar Ca’n Bernat de Mancor listo para recibir clientes también en interior. | MARIABEL LLOMPART

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La publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE) del decreto de flexibilización del confinamiento en la fase 0 a 1 para los municipios de hasta 10.000 habitantes que anunció el presidente Sánchez el pasado sábado y que no había llegado a entrar en vigor, sumió este viernes en el caos a los alcaldes, servicios jurídicos y cuerpos de seguridad de la Part Forana.

Con el decreto en la mano (que los alcaldes esperaban desde el lunes) no solo se eliminan las franjas horarias para pasear, sino que se permiten concentraciones en las calles de hasta 15 personas y la apertura de los espacios interiores de bares y restaurantes con un aforo de hasta el 40 %. Estos cambios estaban previstos a partir del próximo lunes con la entrada en la fase 2, pero que en estos municipios ya pueden realizarse a partir de este viernes.

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Cogidos por sorpresa, algunos alcaldes llamaron personalmente a todos los bares y restaurantes de sus pueblos (es el caso por ejemplo de Selva, Sineu o Mancor) para comunicarles que desde este viernes ya pueden servir en el interior de sus negocios, pero buena parte de los hosteleros no estaban preparados y no lo harán hasta este sábado.

La mayoría de alcaldes mostraron su pesar por la publicación de una orden «pensada para los territorios que no pasan a la fase 2 que lo único que hace es crear confusión en Mallorca, justo en fin de semana y dos días antes del cambio de fase», explicaban. Tanto es así que algunos municipios no comunicarán estos nuevos los cambios a sus vecinos.

Interpretar la norma no es tarea sencilla, más teniendo en cuenta que el Gobierno ha introducido un nuevo concepto, el de densidad de población. Así, excluye de la flexibilización a municipios de menos de 10.000 habitantes que tengan más de 100 habitantes por kilómetro cuadrado. Es el caso, por ejemplo de Alaró, Binissalem o Lloseta, entre otros.