La piscina cubierta de Lloseta cuenta con apenas 186 usuarios del municipio, de un total de 1.248 abonados, según el recuento efectuado por el Ajuntament hace dos meses. | Redacción Part Forana

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El Ajuntament de Lloseta está valorando la opción de privatizar - o incluso cerrar - la piscina cubierta, ante la imposibilidad de hacer frente tanto al mantenimiento como a las reparaciones urgentes que necesitan las instalaciones, y que han provocado las quejas de muchos usuarios.

El recinto - que cuenta además con un gimnasio en funcionamiento y un jacuzzi cerrado desde hace años - tiene 1.248 usuarios, entre abonados y alumnos de natación, y la gran mayoría son vecinos de pueblos de toda la comarca del Raiguer. «De los 1.248 usuarios, solo 186 son de Lloseta; sin embargo, al municipio la piscina nos cuesta unos 148.000 euros anuales, entre el mantenimiento normal y las averías», señala el concejal de Deportes, Llorenç Guardiola (PSOE), quien añade «esto es inasumible».

Reparaciones

Guardiola reconoce que hay muchas quejas de los usuarios «y tienen razón, porque hay humedades y el sistema de depuración del agua solo funciona a un 55 o 60 % de su capacidad; las instalaciones tienen ya catorce años y sería necesario renovarlas, pero el coste es muy elevado y estamos mirando de acogernos a alguna ayuda del Consell».

El alcalde, Xema Muñoz (PSOE), es más drástico con las posibles salidas. «Hay muchas quejas pero ya no tenemos los ingresos que teníamos antes de que cerrara la cementera, no podemos arrastrar un coste de casi 150.000 euros anuales; nos planteamos cerrar la piscina o sacarla a concurso si alguna empresa quiere hacerse cargo». Igualmente, el alcalde señala que si finalmente no se privatizara, subirían las cuotas a los abonados. «Son muy económicas y no cubren ni de lejos el coste del mantenimiento y del personal», asegura. De hecho, Lloseta, un municipio de apenas seis mil habitantes, cuenta con unas instalaciones de este nivel desde el año 2006 gracias a un convenio firmado con Cemex. La empresa abonó los 1,5 millones que costaron las instalaciones a cambio de la recalificación como terreno urbanizable de un solar de 7.000 metros cuadrados donde se ubica la fábrica.

Motores a medio rendimiento

Esta semana, un técnico municipal y un ingeniero han realizado una inspección de las instalaciones para cuantificar de manera más detallada cuáles son las inversiones necesarias. En una primera valoración, se ha determinado que sustituir los motores de depuración salina tiene un coste de entre 40.000 y 45.000 euros.

Los actuales funcionan a la mitad de su capacidad y para paliar el color verdoso y poca claridad que presenta el agua, se añade una aportación de cloro a lo que en principio era una piscina de agua salada. «Si sustituimos la maquinaria, pasaríamos a un salino doble, de los 250 gramos actuales a los 600 gramos; otra inversión muy urgente es instalar extractores de aire y hacer un doble techo en los vestuarios, que están llenos de moho de la condensación», explica Guardiola.

Además se ha constatado la necesidad de renovar las duchas y el fondo de la piscina, sustituyendo los inyectores que están oxidados. Algunos usuarios se han quejado también de grifos que gotean, aseos sin tapa, agua fría en las duchas y de goteras y averías en las máquinas de correr del gimnasio.

Cerrado los dos meses de verano

La piscina cubierta, que estuvo abierta durante todo el verano pasado, se cerrará probablemente en julio y agosto para acometer las mejoras más urgentes.

La idea es que los abonados puedan nadar en la piscina exterior, que se está reformando actualmente y que estará lista.