Una de las zonas afectadas por el incendio de Andratx, el mayor registrado en Balears. | Redacción Part Forana

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Más del 50 por ciento del área calcinada por el gran incendio de 2013 en Andratx (que también afectó a zonas de los municipios de Estellencs y Calvià) ya muestra cobertura vegetal, principalmente de carrizo.

Ésta es una de las principales conclusiones del libro Gestió ambiental post–incendi forestal, editado por Joan Estrany y Jordi Gago, de la Universitat, y presentado este lunes por el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir; el rector de la UIB, Llorenç Huguet; el director del Centre d’Institucions de CaixaBank en Balears, Hilari Llabrés; y el catedrático de Biología de la UIB Hipólito Medrano.

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El estudio analiza los efectos ambientales de los incendios forestales en ecosistemas mediterráneos, tomando como referencia el incendio de Andratx de 2013, el mayor de Balears desde que se tienen registros, con 2.406 hectáreas.

Según explicó Joan Santana, del Servei de Gestió Forestal de la Conselleria de Medi Ambient, «si bien la recuperación vegetal es relativamente rápida, no ocurre lo mismo con la regeneración de árboles, sobre todo de pinos, pues en algunas zonas es muy buena, mientras que en otras es deficiente. Estamos estudiando los motivos». Santana recordó que, del incendio de 2013, 700 hectáreas ya se habían quemado en la Trapa en 1994.