En la imagen, varios agentes de la Policía Local de Sineu el pasado domingo 7 de julio, cuando impidieron que un grupo de unas 40 personas montaran un picnic en el aparcamiento del polideportivo. | Redacción

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Distintos ayuntamientos del centro de Mallorca han comenzado a tomar medidas ante la llegada masiva a sus piscinas municipales de grandes grupos de personas de etnia gitana que causan problemas de incivismo, al no respetar las normas de uso.

Sineu fue el primero de los municipios en poner vigilancia policial, desde principios de julio y especialmente los fines de semana, para evitar que estos grupos muy numerosos «acamparan» en el aparcamiento del polideportivo municipal, dejando abundantes residuos al marcharse. Esta semana es el Ajuntament de Lloret el que se ha visto obligado a destinar a sus dos únicos policías –solo uno cuando hay vacaciones– a vigilar la piscina pública, ubicada dentro del área natural de Sa Comuna, junto a la zona recreativa.

Este problema ya se detectó en veranos anteriores, cuando los precios de las piscinas de los pueblos eran simbólicos. Por ello, tanto Sineu como Lloret subieron el precio de la entrada para los no residentes, que en Sineu es de cuatro euros al día y en Lloret, de tres euros para niños y de seis euros para bañistas entre 13 y 65 años. Para los residentes el acceso a la piscina es gratuito. «Vamos a tener mas control policial en la entrada a la piscina, aunque con solo dos agentes y uno de vacaciones, no es nada fácil cubrir los siete días de la semana, como hacemos», señala Antoni Benassar, alcalde de Lloret.

«Todo el mundo tiene derecho a venir a la piscina, pero lo que no puede ser es un caso como el del pasado viernes, que se presentó un grupo de 60 personas, muchas de ellas niños, que no respetan las normas de uso ni las indicaciones del socorrista, dejando desbordada a la persona que tiene que velar por la seguridad de los usuarios», añade.

En Lloret, las consecuencias son aún mayores que en Sineu, porque la piscina está ubicada dentro de sa Comuna, una zona protegida como ANEI, salvo una franja de 200 por 100 metros que fue declarada de interés general por la dirección general de Montes Públicos en 1959 para permitir los usos deportivos. «No es un problema de racismo, sino de incivismo. Todo el mundo puede venir, pero tienen que comportarse como los demás usuarios, y en estos casos, nos dejan el área recreativa llena de basura por el suelo, esto no se puede tolerar», señala Bennasar.

Para hacer frente a este problema, en Lloret se han reorganizado los horarios de la policía para adaptarlos a las horas de mayor afluencia de público a la piscina.

El alcalde de Sineu, Tomeu Mulet, destaca que desde que comenzó la vigilancia policial, el problema se ha atajado. «Se ha disuadido a estos grupos y viene más gente del pueblo»,
En la comarca, este conflicto no ocurre en Maria de la Salut, a poca distancia de Sineu, pero sí en Muro. «Vamos a reforzar la vigilancia; está prohibido traer comida de fuera, pero la esconden y luego dejan los papeles y envases tirados por todo», lamenta el alcalde de Muro, Toni Serra.