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Un estudio científico elaborado por arquitectos e ingenieros del departamento de Física de la Universitat de les Illes Balears (UIB) ha desvelado que las murallas que rodean la ciudad de Alcúdia no corren un peligro inminente. Así se hizo público ayer durante la presentación del trabajo que se ha realizado durante ocho meses y que recoge el estado de cada parte de la muralla y las diferentes patologías que padece.

Uno de los técnicos que han formado parte del equipo, Joan Muñoz, informó que «se trata del trabajo previo a la redacción de un plan director de conservación de la muralla que indicará las pautas a seguir para llevar a cabo la restauración». Esta restauración se ejecutará por fases por lo que el estudio ha dividido el total de la muralla en cuatro sectores y se han elaborado diferentes fichas de las unidades de actuación que indican todas y cada una de las lesiones que se encuentran en la muralla.

Conservación

Muñoz informó que «se han encontrado siete tipos de lesiones que perjudican el estado de conservación de la muralla y que son resultado del paso del tiempo, mayoritariamente». Por lo que se refiere al estado de conservación del conjunto, Muñoz indicó que «contrariamente a lo que se puede pensar, la zona sur está en peor estado de conservación que la zona del norte debido a que padece unos cambios de temperaturas más bruscos».

El Ajuntament d'Alcúdia ha optado por encargar la redacción de este trabajo científico «para poder redactar las bases de actuación dependiendo de cada lesión», según informó el técnico en Patrimonio, Xavier Ramis, quien descartó una actuación global porque «se trata de una superficie de 26.000 metros y de un coste de 2 millones de euros».

La alcaldesa, Coloma Terrasa, dijo que «ahora tenemos la base científica y conocemos las partes débiles de la muralla. La situación no es preocupante al 100% y se trata de confeccionar un plan de restauración de futuro».