El trenecito salió de Macià Batle y paró en las otras seis bodegas del pueblo. | Antoni Pol

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Un centenar de personas disfrutaron ayer de una ruta en tren que les llevó a degustar los vinos que se elaboran en los siete cellers de Santa Maria y a visitar sus instalaciones. Esa ruta en tren –en el ‘Wine Express’– es uno de los actos que conforman la Festa del Vi Novell, el evento con que esta población del Raiguer celebra y recuerda la apertura de la primera bota de vino tras la última vendimia, el vi novell.

La primera visita y degustación tuvo lugar en la bodega Macià Batle. Luego el trenecito llevó los viajeros a las otras seis: Jaume de Puntiró, Ca’n Rubí, Ramanyà, Sebastià Pastor, Angel Bodegas y Can Crespí, que se ha incorporado este año. Una vez allí, el propietario o viticultor de cada bodega les ofrecía una copa, les enseñaba las instalaciones y les daba cuenta del proceso de elaboración de los caldos. Se hicieron dos salidas, y en ambas el tren iba lleno. El viernes por la tarde se fletó un ‘Wine Espress’ solo para niños. En este caso no hubo degustación ni visita, pero sí un ameno paso.

El festejo prosiguió por la tarde con la inauguración de la exposición ‘Els secrets del vi. El progrés de la indústria vinatera a Santa Maria’ en el casal de Ca s’Apotecari.

Debido al mal tiempo, la apertura de las casetas de venta de vinos en la plaza de la Vila se suspendió, pero se retomará hoy a las 19.00 horas.