Las inmediaciones del mercado cubierto se llenaron de niños y juguetes. | Antoni Pol

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Inca celebró ayer con una más que notable asistencia de público su tercer feria, la última antes del esperado Dijous Bo. Estuvo dedicada al motor y a las criaturas.

Como la feria, el centro de la ciudad se dividió en dos partes: en las calles comprendidas entre Jaume Armengol y la parroquia de Santa Maria la Majora abundaban muestras de productos y servicios específicamente diseñados para los más pequeños. El tipo estándar de visitante que se paseaba por dicha zona lo constituían familias con hijos aún jóvenes.

En la otra parte del centro, hacia el Pont des Tren, se hallaban las exposiciones de coches y motos antiguas o de lujo. El grueso de transeúntes lo constituían los amantes del motor. Igualmente destacables fueron las exhibiciones de trial, enduro y persecución de supermotard que se llevaron a cabo en la avenida de General Luque. El moroclub 'Los Galgos' también participó activamente en la organización de actividades y montó un Babyshow Stund y varios shows con coches de gran cilindrada.

Inca puso ayer punto y final a las tres ferias que preceden a la madre de todas las ferias, el Dijous Bo, que se celebrará el 18 de este mes.