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Ochenta agentes de seguridad controlarán la noche del Dimecres Bo los accesos a una decena de las calles más céntricas de Inca. Concretamente, los agentes vigilarán las entradas a las manzanas de viviendas comprendidas entre las calles Jaume Armengol, Garroves, Hostals, Major, Miquel Duran y de la Pau, que es la misma zona donde se instalará el mercado payés del Dijous Bo. Esta es la primera vez que el Ajuntament toma una medida de este calibre la noche del Dimecres Bo.

El cordón pretende garantizar la seguridad de los puestos del mercado payés y evitar que la gente que salga de marcha por Inca haga botellón y cause destrozos. Benny Bestard, gerente y director de la empresa de seguridad que se hará cargo de la vigilancia de este espacio, explicó que entre las once y media de la noche del miércoles y las ocho de la mañana del jueves el acceso a la mencionada zona «no será libre», excepto para los residentes.

Felip Jerez, concejal de Comerç, matizó que «en ningún caso se privatizarán los accesos, sino que se controlarán para evitar posibles destrozos». En este sentido, Jerez recordó que en años anteriores grupos aislados de jóvenes protagonizaron destrozos a parte del material que se expone. Sin ir más lejos, el año pasado unos desconocidos rompieron los retrovisores de una docena de coches expuestos, lo que ha motivado que esta año la exposición se haya trasladado a la avenida Reis Catòlics, lejos de la ruta que siguen los jóvenes para desplazarse desde la estación del tren hasta la zona de ocio nocturno. En total, 12 agentes de la Policía Loca, 30 de la Guardia Civil y 80 de una empresa de seguridad patrullarán por Inca la noche del Dimecres Bo.

Límite al ruido
A parte de las mencionadas, el Ajuntament ha tomado otras medidas dirigidas a garantizar el descanso de los vecinos. Así, solo los bares que dispongan de la licencia necesaria podrán instalar carpa en la calle y poner música. Todas las carpas deberán apagar el sonido a las cinco de la madrugada y estar desalojadas a las cinco y media.