Los olivos de la finca de Son Amer, que el Consell de Mallorca
gestiona en Escorca, llevan desde ayer el nombre de 30 familias
peninsulares y extranjeras que han elegido la Isla como lugar de
residencia estable.
La propia presidenta del Consell Insular de Mallorca ayudó ayer
a los representantes de las distintas casas regionales de Balears y
a las familias procedentes de Sudamérica y Àfrica a «sembrar sus
raíces» en la Isla. Con la azada en mano, Maria Antònia Munar
sembró personalmente el olivo que llevará el nombre del Consell de
Mallorca.
El denominado «Bosque de las familias» es un viejo olivar ya
desaparecido y que ahora se repobla con nuevos ejemplares, 30 en
total, uno por cada una de las familias escogidas por el Consell
para hacer realidad esta iniciativa de integración. Cada una de las
familias presentes en el acto recibió de manos del conseller de
Medi Ambient i Natura del Consell, Miquel Àngel Borràs, un ejemplar
escrito en catalán del libro «El hombre que plantaba árboles». «El
libro ha sido elegido a propósito en catalán, así ustedes tendrán
una asignatura pendiente hasta que puedan leerlo», dijo el
conseller.
«Espero que la siembra de hoy al igual que los árboles dé sus
frutos y os sintáis más mallorquines que nadie», dijo la presidenta
Maria Antònia Munar, que destacó la intención del Consell de
Mallorca de dar a conocer a los recién llegados todas las fincas
públicas. «Porque sólo se puede querer lo que se conoce y estamos
convencidos de que si conocen Mallorca querrán esta tierra».
En el lugar estuvieron representadas las 13 casas regionales que
hay en Mallorca además de familias de Perú, Ecuador, Colombia,
Chile, Bolivia, Uruguay, Cuba y Ghana.
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