Arraigo de inmigrantes. Familias de Perú, Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay, Cuba y Ghana y de la Península tienen su árbol en la finca de Son Amer. Fotos: E.B.

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Los olivos de la finca de Son Amer, que el Consell de Mallorca gestiona en Escorca, llevan desde ayer el nombre de 30 familias peninsulares y extranjeras que han elegido la Isla como lugar de residencia estable.

La propia presidenta del Consell Insular de Mallorca ayudó ayer a los representantes de las distintas casas regionales de Balears y a las familias procedentes de Sudamérica y Àfrica a «sembrar sus raíces» en la Isla. Con la azada en mano, Maria Antònia Munar sembró personalmente el olivo que llevará el nombre del Consell de Mallorca.

El denominado «Bosque de las familias» es un viejo olivar ya desaparecido y que ahora se repobla con nuevos ejemplares, 30 en total, uno por cada una de las familias escogidas por el Consell para hacer realidad esta iniciativa de integración. Cada una de las familias presentes en el acto recibió de manos del conseller de Medi Ambient i Natura del Consell, Miquel Àngel Borràs, un ejemplar escrito en catalán del libro «El hombre que plantaba árboles». «El libro ha sido elegido a propósito en catalán, así ustedes tendrán una asignatura pendiente hasta que puedan leerlo», dijo el conseller.

«Espero que la siembra de hoy al igual que los árboles dé sus frutos y os sintáis más mallorquines que nadie», dijo la presidenta Maria Antònia Munar, que destacó la intención del Consell de Mallorca de dar a conocer a los recién llegados todas las fincas públicas. «Porque sólo se puede querer lo que se conoce y estamos convencidos de que si conocen Mallorca querrán esta tierra».

En el lugar estuvieron representadas las 13 casas regionales que hay en Mallorca además de familias de Perú, Ecuador, Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay, Cuba y Ghana.