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El proceso de regularización de las viviendas turísticas vacacionales, residencias situadas mayoritariamente en suelo rústico en las que se ofertan estancias turísticas durante varios meses al año, está a punto de llegar a su fin. Las viviendas turísticas vacacionales quedaron en situación irregular en mayo de 1999 con la aprobación del decreto de Ordenación de la Oferta Turística del Govern balear que les exigía cumplir una serie de requisitos urbanísticos además de los propios de la actividad turística.

Entre otros problemas estaba la imposibilidad de obtener licencia de actividades en suelo rústico o la dificultad para obtener la cédula de habitabilidad por infracciones urbanísticas pendientes en algunas casas. El Ajuntament de Pollença, municipio en el que se sitúan la mayor parte de las casas, el Govern balear y la Asociación de Viviendas Turísticas Vacacionales (empresas que contratan con los touroperadores las estancias turísticas en las casas) han venido negociando intensamente en los últimos meses una salida a este asunto y ya existe un borrador de un nuevo decreto que dará vía libre a la regularización.

Se crearán dos registros, uno de agencias de alquiler y otro de viviendas a las que se exigirá una serie de normas de calidad antes de acceder al listado que les dará luz verde hacia el mercado turístico. El director gerenal de Ordenación Turística del Govern, Josep Aloy, acompañado de las autoridades locales de Pollença, impartió anoche una conferencia en el Club Pollença sobre el proceso de regularización de las casas durante el acto de presentación de la primera Asociación de Propietarios de Viviendas Turísticas Vacacionales de Baleares que preside el pollençí Bartolomé Vives.