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M.FUSTER Dos meses después de la inauguración de la convención de la empresa automovilística Mercedes-Benz, en el área del Auditòrium de sa Màniga en Cala Millor, que ha motivado el acordonamiento de una área de 10.000 metros cuadrados con el cierre de una serie de calles principales, continúan las críticas entre los vecinos, comerciantes y restauradores de la zona costera. En este sentido, algunos vecinos han denunciado a la falta de accesibilidad para los peatones porque el cerrado metálico que limita el recinto ha invadido las aceras: «Tememos por la seguridad de nuestros hijos, ya que no pueden circular por las aceras y no tienen más remedio que ir por la carretera, con el peligro que suponen los coches que transitan por esta zona a gran velocidad», ha explicado una de las residentes de Cala Millor que se ha puesto en contacto con este rotativo.

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La indignación de los vecinos ha sido trasladada al Ajuntament de Sant Llorenç, «pero todavía no ha adoptado ninguna solución para mejorar la accesibilidad de los peatones en estos tramos del recinto cerrado», comentan los afectados. El malestar también se ha hecho extensivo a algunos comerciantes y restauradores de la zona, que aseguran que «no hemos obtenido ningún beneficio, más bien quien han salido ganando han sido los pocos hoteles que han albergado a los participantes de esta convención. Pero la oferta complementaria se ha visto dañada, puesto que con el cierre de la circulación la gente no pasa por nuestra zona», explica un restaurador.

El alcalde de Sant Llorenç, Mateu Puigrós, ya anunció a principios de la convención de Mercedes que este acontecimiento ha sido muy positivo para las arcas municipales puesto que esto ha reportado un ingreso de más de 30 millones de pesetas al Ajuntament. Respecto a estos beneficios, los vecinos exigen al alcalde y el equipo de gobierno, que «este dinero se revierta en inversiones para mejorar sa Coma», comenta una vecina que no entiende cómo el alcalde ha consentido el cierre de varias calles. También cabe decir que la asociación de comerciantes de Cala Millor manifestaron, al principio, su satisfacción al entender que este acontecimiento daba vida a la zona.