La posible aplicación de una tasa a los bañistas de es Trenc, de
entre uno y tres euros de coste por persona, quedando exentos de
pago los empadronados en Campos, ha provocado un gran choque de
criterios, destacando las duras críticas lanzadas desde el sector
hotelero.
Las conclusiones de la encuesta realizada por este periódico
señalan que la inmensa mayoría de extranjeros es reticente a la
aprobación del nuevo impuesto promovido por los gobernantes del
Ajuntament, PP-UC. Sin embargo, la gente mayor apoya la iniciativa,
lamentando que el pueblo «es uno de los pocos que no se ha
beneficiado del turismo». Entre jóvenes y adultos la discrepancia
protagoniza el debate.
La Associació Hotelera de la Colònia de Sant Jordi, de ses
Salines, ha tachado la intención de «ilógica» y «chorrada». Los
empresarios, a través de su portavoz, Carlos González, están
convencidos de que el gravamen no es viable, y anuncian que de
seguir adelante se tomarán las medidas pertinentes para que la ley
«se imponga». González advirtió al Ajuntament que el acceso a la
costa y su uso es público.
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