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La residencia de ancianos Miquel Mir de Inca estrenó ayer sus nuevas instalaciones, adosadas a las antiguas habitaciones y que han sido sometidas a una importante rehabilitación durante los últimos tres años. Se inaugura así, con más de tres años de retraso, la ampliación de la residencia de ancianos que prestará a partir de ahora tres nuevos servicios.

Si hasta ahora todos los residentes eran ancianos válidos, ahora de forma paulatina se irán incorporando personas asistidas al lugar. El centro también reservará un número de habitaciones para estancias temporales y funcionará como centro de día.

La inauguración de las obras de ampliación de la residencia se convirtió ayer en una gran fiesta que nadie quiso perderse. Entre los asistentes, además del alcalde y todos los ediles del Consistorio, se encontraban el vicepresidente del Govern, Pere Sampol; la consellera de Benestar Social, Fernanda Caro; la responsable de Serveis Socials del Consell, Josefina Sintes, y el representante de la Fundación Alzina, Pedro Ballester. Las obras de ampliación han costado 240 millones de pesetas.