Los paraguas tuvieron que abrirse durante la jornada de la Fira en varias ocasiones. Foto: AMALIA ESTABÉN

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Cielo gris y lluvia intermitente fueron la tónica general de la mañana festiva de sa darrera fira de Llucmajor. Aún así, el público acudió masivamente a esta importante cita, en la que gozó de singular protagonismo la Mostra Llucmajorera, que presentaba su XXI edición.

Cuarenta y tres stands se instalaron en dos amplias carpas que ofrecieron gran variedad de artículos y productos locales y otros procedentes del resto de la Isla. Esta muestra fue muy visitada por el público, que pudo guarecerse bajo las carpas mientras llovía. Igual sucedió con las exposiciones de pintura, cerámica y escultura, ubicadas en locales y recibidores de domicilios particulares de la localidad, en su mayoría ubicados en la larga calle Bisbe Taixequet, donde exhibían sus obras Benet Mora, Cati Aguiló, Francisca Llabrés, Maria Antònia Noguera, y Josefa Comas.

A las once y media de la mañana llegaron las autoridades invitadas, entre las que se encontraban Antoni Garcías, conseller de Presidencia; Pere Sampol, vicepresidente del Govern balear; la delegada del Gobierno, Catalina Cirer; el alcalde de Palma, Joan Fageda, y el alcalde de Inca, Pere Rotger, entre otros. Acompañados por el alcalde, Lluc Tomás, participaron en el tradicional pasacalles, que este año presentó una novedad. Se trata de la participación de los gegants de la Sala, Miquel y Cándida, que danzaron a los sones de la banda de música de Llucmajor, dirigida por Vicente Castellano y coordinados por en Joanet de sa Calatrava, del Cos de Geganters del Ajuntament de Palma.