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Sóller, con el mar al lado y a escasos metros de la montaña, es uno de los municipios con mayor atractivo de la Isla. El pueblo se encuentra rodeado por torrentes que siempre han dado vida a numerosas especies endémicas de fauna y flora. Sus cauces albergan una amplia población de patos salvajes que son la atracción para los propios vecinos de la localidad, así como para los turistas.

Pues bien, en los últimos años estos torrentes se han convertido en verdaderos vertederos de basura. Por su mal estado, destaca especialmente el torrente de Biniaraix, que desemboca en el torrente Mayor. En los últimos tiempos se ha transformado en un auténtico vertedero, donde se depositan toda clase de vertidos desde plásticos, botellas o latas hasta neumáticos, bicicletas, escombros y andamios. Esto ha provocado que se haya surgido una plaga de ratas que atacan a los patos y a los nidos de éstos.

Las basuras se depositan en el torrente con el beneplácito del Ajuntament que no ha sabido a lo largo de estos años poner remedio a este problema, a pesar del interés científico que tiene este cauce. De hecho, el torrente de Biniaraix ha servido para investigar insectos y diferentes tipos de plantas endémicas como el estudio desarrollado por el científico Pietro Parenzain, de la Universidad de Roma.

La vegetación también ha crecido sin ningún tipo de control. Esto, además, supone un grave peligro ya que en caso de intensas lluvias pueden producirse inundaciones. La vegetación salvaje impediría que el agua transcurriese por el cauce natural del torrente. El torrente de Biniaraix no es, sin embargo, el único que se encuentra en estas condiciones. Los torrentes del Mercado, Can Careueta, el de Fornalutx, Mayor y el de sa Font de Sóller también presentan un estado deplorable. Su degradación se ha denunciado en numerosas ocasiones, pero pocos son los trabajos de limpieza que se han realizado, a pesar de las quejas.