Margalida Rosselló y Pere Tomàs explicaron las actuaciones a realizar en las zonas quemadas. Foto: JAUME ROSSELLÓ.

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Las primeras medidas que tomará Medi Ambient consistirán en restaurar las 800 hectáreas calcinadas y favorecer la regeneración natural de la vegetación. Para ello, la Conselleria ha previsto un exhaustivo control del pastoreo y una reforestación de la zona afectada desde el aire.

Pere Tomàs, director general de Biodiversitat, explicó que lo ideal sería poder proceder a la siembra aérea, desde avionetas o helicópteros, «lo más rápido posible después del incendio, una vez que haya llovido». Hasta enero se considerará una época adecuada. La elección de la siembra aérea responde a que es un método «más rápido y permite una distribución uniforme de las semillas» ya que se trata de una zona muy extensa (800 hectáreas).

En principio, la reforestación se realizará a partir de semillas de pino autóctono procedentes de un vivero de la Península, pues el de Menut (Escorca) es insuficiente. Otras actuaciones paralelas consistirán en aplicar medidas preventivas contra las plagas forestales y tomar «medidas drásticas», según la consellera, para controlar la población de cabra orada. Tomàs evaluó en entre 1.500 y 2.000 las cabras silvestres a eliminar en las montañas de Artà.

La actuación de Medi Ambient prevé consensuar todas las iniciativas con los payeses de Artà, para lo cual se prevé una inminente reunión. El Govern pretende restringir las zonas de pastoreo y para ello está dispuesto a incentivar el ganado en zonas acotadas mediante la aportación de alimento. Estas actuaciones irán coordinadas con la Conselleria d'Agricultura. Medidas similares se aplicarán en las cerca de cien hectáreas que en agosto se vieron afectadas por otro incendio en Galatzó (Calvià y Puigpunyent) y a principios de verano en Lloseta.

Tal como ya había anunciado Margalida Rosselló en su reciente comparecencia parlamentaria, en el 2000 Medi Ambient casi doblará el presupuesto destinado a prevención y extinción de incendios, pasando de 350 a 600 millones. Además, la campaña no se ajustará a los meses de estío sino que funcionará durante los 365 días del año, adaptando los efectivos y medios a las condiciones climatológicas. De forma adicional, otros 500 millones de pesetas se destinarán a la gestión directa de espacios forestales, para lo que se prevé la compra de alguna finca.