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La avalancha de gente que ayer quiso disfrutar de la nieve caída en la Serra de Tramuntana colapsó el Vall de Sóller. Durante todo el día se registraron colas kilométricas tanto en la carretera Palma-Port de Sóller (C-711) como en la de Andratx-Pollença (C-710), especialmente entre las 12 y las 14 horas.

En la carretera de Sóller, las colas de vehículos empezaron a registrarse a partir de las 10'30 aproximadamente, aunque el tráfico todavía era fluido. La situación comenzó a empeorar una hora más tarde, y el colapso fue monumental. El túnel de Sóller no pudo absorber todo el tráfico y los vehículos se quedaron literalmente atrapados en su interior durante más de una hora. Desde Can Penaso, en el cruce de Bunyola, hasta el Pujol d'en Vanyas, en Sóller, las retenciones fueron impresionantes. En este tramo, los vehículos apenas avanzaban. La Guardia Civil de Tráfico llegó tarde y no estuvo presente en los momentos más caóticos.

El colapso lo provocó en gran medida los dos semáforos instalados a la salida del túnel, en la boca norte, por las obras de ampliación de la carretera. La Guardia Civil dejo inoperativo uno de los semáforos, el de acceso a Sóller, y a partir de entonces comenzaron a disminuir las retenciones. Eran las 14 horas aproximadamente. El tráfico que se dirigía a Sóller se desvió por la carretera del Coll y desde Sóller se aconsejaba el desvío por la carretera de Deià.

En los accesos al Puig Major y al Monastir de Lluc, la circulación también fue caótica. Los nervios afloraron cuando en el interior del túnel del Puig Major tuvo lugar un accidente. Chocaron dos coches frontalmente debido a las grandes placas de hielo, con un balance de ocho heridos. Dos ambulancias de Cruz Roja y una Insular tuvieron con grandes dificultades para llegar debido al caos circulatorio. Los operatios del túnel de Sóller abrieron un carril para llevar a los heridos a Palma.