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El Ajuntament de Lloseta otorgará un beneficio fiscal del 75 por ciento en el impuesto sobre el incremento del valor de los terrenos de naturaleza urbana, más conocidas como plusvalías, en caso de que sean transmisiones por herencia. No se hará efectivo este beneficio en las transmisiones entre vivos.

La Ley de Acompañamiento de los presupuestos permite a partir de ahora a los ayuntamientos otorgar beneficios fiscales, y los faculta a ordenarlos, como máximo hasta el 95 por ciento.

A pesar de que el PP, apoyado por el PSM, ambos en la oposición, había pedido la derogación total de este impuesto, como hizo en 1992 el Ajuntament d'Inca, el equipo de gobierno del PSOE decidió otorgar como beneficio fiscal sólo hasta el 75 por ciento, hecho que «demuestra poca sensibilidad hacia el pueblo, ya que los llosetins pagamos una elevadísima carga contributiva si lo comparamos con los pueblos vecinos», manifestó la portavoz popular, Margalida Capó.

Capó recordó que «era el momento para eliminar este impuesto. El alcalde no tuvo ningún reparo para solicitar la supresión de los alodios, cuya derogación no es competencia de la administración municipal».