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Ha hecho falta un intenso lavado de cara pero también una labor de arquerología literaria para reabrir las puertas de la añorada librería English Fine Books. Y en ese buceo por las atestadas estanterías han aparecido algunos tesoros en formato papel. Situada en la calle Morei, detrás de la plaza Santa Eulàlia, durante 14 años fue el cuartel general de Rodney J. Browne, especializado en libros antiguos que llegó desde Bournemouth (Gran Bretaña) hasta Palma hace 14 años. El año pasado se jubiló a sus 79 años y su hija, Sara Jane Browne, vendió la librería con todo su contenido.

Ahora, una pareja de empresarios con sensibilidad artística se han convertido libreros y prefieren permanecer en el anonimato. Ambos reconocen que la tarea para reabrir las puertas está siendo ardua. «Cuando cogimos la librería no se podía ni caminar», advierten. Y es que Browne había acumulado alrededor de 100.000 libros en las atestadas salas de este amplio local del que no se veían ni las paredes. Ahora varias de sus salas aparecen despejadas y las paredes están pintadas de verde, con altísimas estanterías de estilo inglés.

«Nuestra intención es ir abriendo por fases. La librería ya está abierta, la gente entraba a medida que íbamos haciendo tareas de limpieza. Más adelante haremos un salón de té con un sofá chaise long y butacas para leer y un taller de pintura para niños», afirman.

Pero para ello tienen que ir desenmarañando todo el caos de las diferentes salas del sótano, donde Browne ha ido acumulando libros durante una década y media. El 70 por ciento del contenido son libros en inglés y el resto, en castellano, catalán, alemán, francés y lenguas escandinavas.

Tesoros

Y en esa excavación librera han aparecido auténticas maravillas. Una primera edición de The sun also rises (Fiesta en castellano) de Ernest Hemingway, un ejemplar de 1927 de Peter Pan and Wendy de 1927, obra de John Barry, otra primera edición de El amante ingenuo y sentimental firmada por su autor, John Le Carré, The american claimant (El conde americano) de Mark Twain, publicado en 1892, o Solo se vive dos veces, de Ian Fleming. Ahora toca celebrar que el legado de Browne sigue vivo.