Una turista, ante la reliquia de Sant Sebastià, en el Museo Diocesano de la Catedral de Palma | Jaume Morey

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Se cumplen cinco siglos de la llegada de la reliquia del brazo de Sant Sebastià a Mallorca y a día de hoy esta pieza congrega a un buen número de curiosos, que apenas son conscientes de la importancia y la devoción que tiene en Ciutat. Este domingo, 3 de septiembre, se cumplen 500 años desde que se firmó el acta con la que se cedió la reliquia a la Catedral. Y es que a este santo se le tiene mucha devoción en Palma, ya que se le atribuye el milagro de frenar la peste en la ciudad, que en el siglo XVI se estaba cebando con Mallorca.

Con motivo de este aniversario, la Catedral de Mallorca organizará diversos eventos y actividades para dar a conocer el culto a Sant Sebastià en la ciudad, y en especial en la Seu, durante la celebración de las fiestas patronales del 20 de enero del año que viene.

La reliquia del brazo de Sant Sebastià se conserva en la Sala Capitular Barroca del Museo Catedralicio de la Seu. Y su llegada a la Isla se debe al archidiácono de la ciudad de Rodas, Manuel Surianesgui. En 1523 la ciudad de Rodas, en Grecia, llevaba un año sitiada por las tropas turcas, que acabó con la presencia de las órdenes militares surgidas durante las Cruzadas. Para protegerla del asedio turco, el archidiácono de la ciudad griega, Manuel Surianesgui, se llevó la reliquia de Sant Sebastià en su huida a la península Ibérica.

Cuadro de Sant Sebastia, obra de Van Dick, en el Ajuntament de Palma
Cuadro de Sant Sebastià, obra de Van Dick, en el Ajuntament de Palma.

Palma vivía en aquel momento tiempos muy convulsos. La peste había diezmado a la población y los que habían sobrevivido estaban aterrados ante el contagio. Al mismo tiempo se había producido la rendición de los agermanats ante el virrey Miguel de Gurrea, tras la revuelta contra la burguesía urbana y la alta nobleza. Tras hacer escala en Mallorca, Surianesgui intentó partir con la reliquia pero un fuerte temporal lo impidió. En aquel momento se decidió dejarla en la Catedral de Mallorca, según el acta que se conserva en el Arxiu del Regne de Mallorca, con poder del notario Antoni Carles y que se firmó el 3 de septiembre de 1523 por el archidiácono, el Cabildo de la Catedral y los jurados. Cuentan que la epidemia de peste remitió y así el santo se convirtió en patrón de Palma.

Detalle de la reliquia de Sant Sebastià
Detalle de la reliquia de Sant Sebastià.

Ya en 1540, el argentero Francesc Quintana pactó con Antoni Solivella, orfebre de la cofradía de Sant Sebastià, las condiciones para elaborar una peana para la reliquia, de forma octogonal y suspendida sobre bases orladas, llamadas bastaixets. Destaca la estructura piramidal repleta de molduras que se alternan con óvalos y gárgolas, motivos tradicionales de los argenteros mallorquines del siglo XVI. La reliquia del Santo Patrón de Palma cuenta como únicas imágenes figurativas unos querubines en la primera moldura y diminutas ilustraciones de Sant Sebastià.

La manga que forma el brazo, y que contiene un trozo del hueso de Sant Sebastià, también está cincelada y rematada con una mano de madera. La reliquia sigue recibiendo visitas y en los próximos meses será protagonista de celebraciones.