Imagen del pleno de este viernes. | Jaume Morey

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Normalidad en el nuevo pleno extraordinario del Ajuntament de Palma que se ha celebrado este viernes, que se ha vuelto a repetir tras el desbarajuste del pasado miércoles, en el que todos los partidos de la oposición votaron en contra del gobierno municipal, que está en mayoría simple. En este caso la labor negociadora del PP a lo largo de los últimos días ha dado sus frutos, las votaciones han seguido el guion marcado y podría ser un anticipo de lo que será la legislatura: el PP tendría que sentarse a negociar con todos los partidos para lograr sus apoyos en caso de necesitar mayoría absoluta.

De esta manera, desde este viernes ya quedan constituidas las juntas directivas de las empresas públicas (Emaya, EMT, SMAP y EFM), gracias a las abstenciones de los paridos de izquierdas (PSIB, Més y Podemos). Vox ha votado en contra y reclama un reparto distinto con dos consejeros en lugar de uno por temas de «representatividad», es decir, por el número de concejales con los que cuentan. De esta manera, ahora el PP cuenta con cinco representantes en las empresas públicas, mientras que el resto de los partidos cuentan solo con uno.

El primer teniente de alcalde, Javier Bonet, señaló que «hoy es un día importante en una situación anómala para el Ajuntament de Palma, que permite que ahora tendrá herramientas. Agradecemos el apoyo de todas las fuerzas políticas, aunque siempre se ha votado con la unanimidad estas propuestas y hoy no ha sido así». Bonet reconoció que ante la falta de una mayoría absoluta, «este gobierno es totalmente sostenible y el 85 por ciento de las políticas no serán ni de izquierdas ni de derechas. Habrá que sentarse más tiempo de lo necesario para lograr acuerdos y nosotros estamos dispuestos. Sabíamos a lo que veníamos».

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Por su parte, Gari Durán, portavoz del grupo municipal de Vox, advirtió el malestar de la formación, que no ha conseguido entrar en el equipo de gobierno, pese a que era su intención. «Pedíamos la proporcionalidad de la representación de nuestro partido en las empresas públicas para lograr una mayor transparencia». Tampoco se mostró favorable con la estructura del gobierno municipal: «Harían falta cinco o seis regidurías más». También se refirió a la izquierda por apoyar o abstenerse ante las propuestas del PP en este pleno: «Respetamos los argumentos de la izquierda pero tenemos nuestras dudas al respecto».

De hecho, la regidora de Vox Sandra Barceló, expresó su malestar por el reparto de los metros cuadrados de las oficinas de los grupos municipales. El PSIB tiene ligeramente más espacio que Vox, por lo que la regidora de Vox insinuó si ese reparto había sido «moneda de cambio» para que el PP lograra el apoyo de la izquierda en este pleno.

La portavoz del grupo municipal socialista, Rosario Sánchez, ha señalado que «estamos satisfechos con el pleno de hoy porque ya podrá empezar a funcionar el Ajuntament y la oposición tendrá la oportunidad de realizar su trabajo. Es importante viendo las últimas noticias que han salido sobre la renuncia a hacer vivienda social en Son Busquets, el nombramiento de personado que han acosado a docentes o la irrupción de patinetes de alquiler en la vía pública». Por su parte, el regidor socialista Francisco Ducrós advirtió que «no queremos formar parte de una lucha de poder, un pulso por las sillas entre PP y Vox. Consideramos que es un gobierno débil y Jaime Martínez es un alcalde que da la sensación de provisionalidad. Ya estamos notando en las calles las señales de alerta».

Este viernes se ha logrado la unanimidad en la votación para distribuir las dedicaciones de los miembros de la Corporación que no forman parte del equipo de gobierno, así como el nombramiento de las juntas municipales de distrito de Palma, las retribuciones económicas de los regidores y las de los grupos políticos municipales. La izquierda y el PP ha votado a favor de los nombramientos de las comisiones permanentes del pleno así como su creación y composición, mientras que Vox se ha abstenido.