Francina Armengol entrega las llaves de una vivienda protegida a María Aroa Fernández, junto al alcalde de Palma, José Hila, y la regidora de Model de Ciutat, Neus Truyol. | Jaume Morey - Jaume Morey

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Hubo lágrimas de emoción. Y abrazos. Alguien incluso dio saltos de alegría. Ayer no hubo sorteo de Lotería de Navidad, pero los agraciados de las 19 nuevas viviendas protegidas de la calle Salvador Espriu 37 sentían que les había tocado el Gordo. «Vivimos con mi padre desde hace años y por fin podremos tener nuestra casa. Nuestros hijos están deseando venir», decían Jennifer León y Óscar Cabeza, padres de tres niños de 13, 9 y 3 años. Pronto abandonarán su piso de Son Roca. Esta camarera de pisos y este técnico de calefacción pagarán 800 euros de alquiler. «Los pisos están carísimos y te piden mínimo 1.200 euros y hasta 1.400. Un reflejo del drama de la vivienda en Palma.

El Govern celebró ayer la entrega de llaves de las 19 viviendas protegidas de esta promoción ubicada en el barrio de El Amanecer. Antonio Campos y Tania Campos entraron en su casa nada más recibir las llaves de manos de la presidenta del Govern, Francina Armengol. «Nuestra casa es preciosa», contaba Tania, madre de tres hijos pequeños.

«Los vecinos son gente joven, con hijos, y parecen buena gente. La que van a liar los niños...», dijo entre risas. Las viviendas cuentan con un gran espacio al aire libre con árboles donde podrán jugar. Hasta ahora, Campos vivía en la plaza Miquel Dolç por 750 euros al mes. «Cuando me llamaron del Ibavi, lloré. Y ahora nos mudamos este mismo fin de semana», dijo.Los agraciados con estas viviendas de protección oficial destinadas al alquiler entraban y salían para conocer su nuevo hogar, caracterizado por paredes de marés, estancias amplias y el olor a madera de puertas y vigas.

Una vecina recibe las llaves de su casa de VPO.
María Aroa Fernández recoge las llaves de su piso de alquiler protegido.

Todos iban planificando ya cómo iban a meter los muebles y comprobaban el patio del que disponían las plantas bajas o los amplios balcones. Un balcón o un patio es hoy en día un preciado tesoro en estos días de precios inmobiliarios desbaratados. Estos inquilinos de viviendas protegidas tienen acceso a ellos.

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Antonio Boyero ya es un veterano de Salvador Espriu. Vive en la primera fase de esta promoción desde mayo de 2021. Abrió las puertas de su casa a Armengol, a la presidenta el Consell de Mallorca, Catalina Cladera, y al alcalde de Palma, José Hila. Precisamente Cort cedió el suelo para construir estas viviendas. «La casa está caliente y no hace falta calefacción. Me gusta mucho el barrio y la casa», señaló Boyero, que accedió a esta vivienda tras sufrir un ictus que le impedía subir las escaleras y por eso se apuntó a la lista de espera del Ibavi.

Viviendas protegidas de Salvador Espriu 37
Promoción de viviendas protegidas de Salvador Espriu 37.

Matilde Pulet accedió a su nueva casa junto a su madre, Matilde Rodríguez, una mujer que va en silla de ruedas, madre de 16 hijos que se quedó viuda con 42 años y sacó adelante a su numerosa familia limpiando habitaciones de hotel. «Es que no me lo puedo creer», dice mientras se asoma al patio, donde ya ha planeado plantar «tomates, pimientos y cebollas».

Exultante y dando saltos estaba María Aroa Fernández, que ha conseguido una vivienda de dos habitaciones por 501 euros al mes: «Estoy separada, tengo dos niños y vivo con un amigo».Conseguir una vivienda para su pequeña familia ha sido un sueño cumplido en un contexto de viviendas de alquiler cada vez más inaccesibles.

Visita a una de las vivienda protegidas.
Las autoridades visitan la vivienda protegida de Antonio Boyero.

Armengol dijo que «nunca se había invertido tanto en vivienda pública y una vez que se ha puesto en marcha la maquinaria, no se puede parar. No queremos más viviendas de lujo, sino que puedan acceder las clases medias y trabajadoras».