El cerramiento que critican los vecinos delimita la zona de ocupación autorizada, que incluye el edificio en el que estaba el bar Mosquito, propiedad de la Autoritat Portuària. | M. À. Cañellas

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Vecinos de Can Barbarà no salen de su asombro desde que han visto cómo la Autoritat Portuària de les Illes Balears (APIB) ha comenzado a colocar un cerramiento frente en la dársena sin que nadie les haya informado.

El administrador del número 111 de la calle Joan Miró, Juan Mayol, denuncia «la usurpación de espacio público que supone esta actuación» por parte del organismo. Explica que «las obras comenzaron hace unos días sin que a los residentes de la zona se les haya dicho nada», razón por la que ha remitido una notificación tanto al Ajuntament de Palma como a la APIB «para que expliquen qué es lo que se está haciendo». Las notificaciones fueron enviadas la semana pasada, pero Mayol lamenta que «todavía no hemos recibido respuesta».

El administrador critica que «además de afear el espacio, pues se trata de una zona en la que, por ejemplo, los niños juegan y montan en bicicleta, están robando literalmente terreno a la ciudad».

Desde la APIB se aclara que se trata de una zona portuaria, no del Consistorio, y que, a petición de la Escuela Náutica, ha comenzado a adaptar el edificio en que estaba el antiguo bar Mosquito para el traslado de parte de las instalaciones de esta escuela (privada) a fin de que ni los alumnos ni los deportistas tengan que interrumpir su actividad deportiva durante el tiempo que duren las obras del Club de Mar, que están a punto de comenzar.

Estos trabajos, se informa, pueden alargarse durante tres o cuatro años, tiempo en el que las actividades de piragüismo y paddle surf (y quizá algunos barcos de vela baja) de la escuela podrán seguir su actividad en este espacio, donde contarán con vestuarios, comedor o aulas.

Fuentes autorizadas de la APIB añaden que a la escuela se le cobrará por la ocupación autorizada del espacio, que viene marcada por el cerramiento que se ha colocado, y que desde el Club de Mar se encargarán de la vigilancia de estas dependencias.

El organismo estatal considera que, además de la promoción de deporte náutico, este traslado provisional de la escuela también puede revertir de forma positiva en la zona de Can Barbarà.