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El consejero de Sanidad de la Comunidad, Javier Rodríguez, ha afirmado este miércoles que la enfermera con ébola «ocultó» al médico de atención primaria que había estado tratando al misionero Manuel García Viejo y ha dicho que «pudo haber estado mintiendo» sobre su fiebre.

En su comparecencia en la Comisión de Sanidad de la Asamblea de Madrid, Rodríguez ha destacado que también había negado «ninguna alteración» en el protocolo, «hasta que hoy ha reconocido a su médico que probablemente cometió un error», porque al desvestirse tuvo un contacto directamente con su cuerpo con un guante.

«Durante todo este tiempo lo negó siempre, como tampoco informo a su médico de atención primaria cuando fue que había sido una persona que había estado tratando un paciente que había sido contagiado de ébola», ha señalado.

En cuanto a las vacaciones de la paciente, ha dicho que quizá porque sospechaba que estaba infectada, «durante toda la semana prácticamne no salió de su casa», al tiempo que ha facilitado la relación de personas con las que estuvo en contacto: su marido, considerado «de alto riesgo», profesionales del Hospital Fundación de Alcorcón, profesionales y personas con las que coincidió en el centro de salud y dos peluqueras, «porque después de ir al medico se fue a la peluquería y la estuvieron depilando».

Según Rodríguez, «todas esas persona están bajo control», ha aseverado, al tiempo que ha señalado que se les ha dado instrucciones de que se tomen la temperatura dos veces al día, y ha recordado que la fiebre que se considera de riesgo es de 38,6.

«Esta paciente nunca superó esta cifra, también es verdad que a raíz de los resultados nos pudo haber estado mintiendo, pero eso lo pongo yo de mi cosecha, no lo podemos demostrar, me cuesta trabajo creer que lo hiciera», ha manifestado.

No presentaba fiebre alta

En concreto, el consejero ha explicado que Teresa Romero entró dos veces a la habitación del enfermo de ébola, la primera vez, el 24 de septiembre, cuando procedió al cambió de sábanas y de pañal y a la movilización del paciente, y la segunda el 25 de septiembre, cuando se encargó de la recogida y eliminación de fómites de los contenedores de recogida de residuos indicados.

Además, ha precisado que todos los contactos de García Viejo estuvieron controlados por los servicios de riesgos laborales, aunque al estar «debidamente protegidos» fueron considerados de «bajo riesgo».

Según ha relatado el consejero, el 2 de octubre, llamó por teléfono la auxiliar de enfermería del Hospital Carlos III siguiendo las instrucciones que fueron facilitadas por teléfono por el facultativo especialista de riesgos laborales, e informó de que tenía fiebre de 38 grados desde el 29 de septiembre, por lo que había acudido a su médico de familia, que le diagnosticó gripe y al que ocultó que era una enfermera que había estado trabajando en contacto directo con un paciente que estaba contagiado por el ébola.

En ningún momento volvió a tener fiebres superiores, ha señalado Rodríguez, quien ha explicado que se ponían en contacto con ella dos veces al día para que informara de la fiebre que tenía. El día 3 de octubre Teresa Romero tenía 36 grados, sin haber consumido ninguna medicación, y niega cualquier incidencia con la protección personal y contacto con fluidos del paciente, así como confirma los síntomas específico y únicamente refiere astenia y lumbalgia.

Sin embargo, el día 6, a las 4 de la mañana, la trabajadora llamó al sistema de alerta de salud pública con fiebre de 37,3 grados y tos, además de astenia y mialgias, y desde Salud Pública adoptaron la decisión de trasladar un equipo del SUMMA 112 al domicilio de la paciente, desde donde fue trasladada a Urgencias del Hospital Fundación de Alcorcón, y pese a que continúa considerándose de bajo riesgo, se le realiza la prueba para descartar el ébola, cuyo resultado fue positivo.

Durante su comparecencia, Rodríguez ha negado que se haya coaccionado al personal para atender a los misioneros y ha destacado que han participado en los cuidados 15 enfermeras voluntarias, en el primer caso, y 18 auxiliares de enfermería en ambos.

Sobre el estado de salud del marido de la auxiliar de enfermería, Rodríguez ha dicho que no presenta fiebre ni sintomatología de la enfermedad de momento y se mantiene en estado de observación en régimen de aislamiento, puesto que está considerado un caso de alto riesgo.