Interior de la urbanización en la avenida del Pinar 35, en Alcorcón, donde vive la auxiliar de enfermería infectada por ébola a la que han accedido, para trasladar a su mascota Excálibur con el fin de ser sacrificado ante el riesgo de que también sea portador de la enfermedad, un camión de bomberos, para abrir la puerta de la vivienda y sacar al animal; una ambulancia, para el traslado del perro; y una furgoneta de una empresa de servicios. | Borja Garc

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La auxiliar de enfermería Teresa Romero, que ha experimentado un «poquito de mejoría» en las últimas horas, pudo contraer el virus del ébola al tocarse la cara cuando se retiraba el traje protector con el que había atendido al religioso Manuel García Viejo, fallecido a causa de la enfermedad.

Así lo ha admitido la propia sanitaria, según ha explicado, en declaraciones a los periodistas, el doctor Germán Ramírez, de Medicina Interna del Hospital de La Paz y que forma parte del equipo que la atiende, quien ha indicado que, aunque la mujer está «confusa», ha reconocido que este «accidente» pudo haber ocurrido al tocarse la cara con los guantes que llevaba puestos.

Un hecho que será investigado por la Fiscalía de Madrid, que ha abierto diligencias para determinar las circunstancias del contagio, según fuentes fiscales.

Tres días después de ser hospitalizada, la auxiliar ha experimentado «un poquito de mejoría en las últimas horas», según ha afirmado el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, quien ha hablado este miércoles por primera vez sobre la crisis del ébola.

Desde que el pasado lunes Romero ingresara en el Hospital Carlos III por dar positivo en el test del ébola, otras cinco son las personas aisladas por ser sospechosas de haber contraído el virus, después de que otras dos sanitarias hayan sido hospitalizadas con fiebre en las últimas horas.

Las últimas dos personas aisladas son dos profesionales sanitarias del Hospital de La Paz que formaron parte del equipo que trató a García Viejo y que, al presentar décimas de fiebre, han sido aisladas como medida de precaución.

El marido de Romero, Javier Limón, también se encuentra en observación en el hospital y está asintomático, mientras que un ingeniero español procedente de Nigeria y una enfermera que tuvo exposición al virus durante el tratamiento a los misioneros han dado negativo a los análisis de ébola.

La crisis generada por el primer contagio del ébola fuera de África ha llegado hasta el Congreso de los Diputados, donde el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha afirmado que «hay que estar atentos, pero manteniendo la tranquilidad».

El presidente, en respuesta a una pregunta formulada por el líder del PSOE, Pedro Sánchez, en la sesión de control al Gobierno, ha detallado las medidas tomadas hasta el momento: la prioritaria, la atención a la enferma y los sospechosos de contagio, y ha prometido «transparencia total» sobre la información a la opinión pública.

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«¿Tiene usted bajo control la infección del virus del ébola? ¿Puede garantizar que no corren los españoles ningún riesgo?», le ha preguntado Sánchez a Rajoy, a quien ha pedido que suministre información diaria a la opinión pública.

También la ministra de Sanidad, Ana Mato, ha asegurado en la Cámara Baja que no hay constancia de que ninguna de las personas que tuvieron contacto con la enfermera contagiada por el ébola tenga síntomas.

Según ha anunciado Mato, esta semana reunirá al Consejo Interterritorial de Salud para coordinar con todas las comunidades autónomas las actuaciones ante este primer contagio por ébola.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, también ha querido hacer un llamamiento a la calma y ha asegurado que se adoptarán «todas las medidas necesarias para prevenir y garantizar la seguridad de la población».

Respecto a la investigación por parte de las autoridades sanitarias españolas, el presidente del Consejo General de la Enfermería, Máximo González Jurado, ha pedido al Ministerio de Sanidad, que no lance hipótesis sin pruebas sobre cómo pudo contagiarse y ha advertido de que podrían acudir a los tribunales.

Algo en lo que ha coincidido con el Sindicato de Técnicos de Enfermería (SAE), que ha manifestado su «malestar» por las informaciones que está apareciendo en las que se apunta a que Teresa no se colocó el traje de forma debida.

El equipo sanitario que atiende a la auxiliar de enfermería contagiada de ébola y a las otras cinco personas aisladas en el Hospital Carlos III a la espera de saber si también están infectados están «muy preocupados», a pesar de que están siguiendo «a rajatabla» el protocolo establecido.

Santiago Yus, médico de Cuidados Intensivos del hospital de La Paz y que forma parte del equipo que atiende a la enfermera contagiada, ha subrayado que el caso se podría haber evitado si los profesionales sanitarios hubieran contado con el entrenamiento adecuado.

Entre tanto, un grupo de unas cincuenta personas ha protestado contra el sacrificio del perro de la auxiliar de enfermería, decretado por la Comunidad de Madrid, en la urbanización donde reside la paciente.