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España sigue, junto con Italia, en el epicentro de la inestabilidad financiera internacional, según los pronósticos publicados hoy por el FMI, que estiman que la economía española se contraerá un 1,8 % en 2012, pero volverá a tasas positivas en 2013, con un crecimiento del 0,1 %.

Los nuevos datos contenidos en las «Perspectivas Económicas Globales» del Fondo Monetario Internacional (FMI) ofrecen una cal y otra de arena para España, respecto a sus últimas estimaciones de enero pasado que preveían una reducción del PIB tanto en 2012 (-1,7 %) como en 2013 (-0,3 %).

«La austeridad sola no puede salvar las enfermedades económicas en la mayor parte de las economías avanzadas», afirma el informe difundido hoy por el Fondo.

En el caso español remarca que «el nuevo objetivo de déficit (del gobierno español) se plantea como meta una muy aguda consolidación y es en general adecuado, aunque debería haber acomodado más ampliamente el impacto de las débiles perspectivas económicas».

Es decir, el ajuste debe tener en cuenta la frágil situación económica para no ahogar la economía.

En lo que se refiere al desempleo, España seguirá a la cabeza en Europa, con un tasa de 24,2 % en 2012 que apenas se reducirá, hasta el 23,9 %, en 2013.

Por su parte, la inflación en España registrará un tendencia progresiva a la baja hasta el 1,9 % en 2012 y el 1,6 % en 2013, tras cerrar 2011 en el 3,1 %.

No obstante, el Fondo reconoce que las soluciones no proceden únicamente de los gobiernos nacionales, y urge a actuar a las autoridades europeas.

En este sentido, pide profundizar las medidas adoptadas por el Banco Central Europeo (BCE) con inyecciones de liquidez a los bancos, el compromiso reciente de asegurar el «cortafuegos» europeo, y los pasos hacia la integración fiscal, que «han ayudado a calmar algo los mercados y la incertidumbre».

Como principal reto, el Fondo recomienda el fortalecimiento de los mecanismos de gestión de crisis europeos (tanto el Mecanismo Europeo de Estabilidad como el Fondo de Estabilidad Financiera Europea) y la recapitalización de las entidades bancarias que más expuestas se encuentran a la deuda soberana, especialmente las de España e Irlanda.

Las perspectivas para Italia, el otro foco de incertidumbre, son algo peores que las españolas, ya que se quedará en recesión tanto en 2012 (-1,9%) como en 2013 (-0,3%), aunque las nuevas cifras mejoran ligeramente las previsiones de enero, que la ubicaban en un -2,2% y -0,6%, respectivamente.

En el contexto más amplio, la eurozona cerrará 2012 con una recesión del 0,3%, lastrada especialmente por España e Italia, y se prevé que vuelva a la senda positiva con un 0,9% en 2013.

Las cifras son ligeramente mejores que las presentadas en enero por el FMI, cuando pronosticó una contracción del 0,5% este año y del 0,8% para 2013 para la zona euro.

A la cabeza y como es habitual, se encuentra la locomotora europea, Alemania, que crecerá un 0,6 % en 2012 y un 1,5% en 2013; seguida por Francia, que lo hará a un 0,5 % en 2012 y 1 % en 2013.

En ambos casos, el FMI revisa tres décimas al alza sus previsiones de enero para este año, y deja sin variación las del próximo.

La inflación en la eurozona, según las nuevas estimaciones, también registrará una tendencia de descenso: 2,8 % en 2011, 2,1% en 2012 y 1,7 % en 2013.

Por ello, el organismo internacional insiste en que el BCE dispone de espacio para «bajar los tipos de interés y continuar con sus políticas no convencionales de apoyo a los bancos y de alivio de los problemas de liquidez».

Por último, el FMI alertó de la importancia de controlar los riesgos transmitidos a través del canal financiero, ya que tuvieron «un papel principal en la extensión de la crisis a largo de la región» y ahora frenan el crecimiento por la «escasez de crédito».