Miguel Martín, presidente de la Asociación Española de la Banca. | Efe

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La transparencia que ha mostrado el sistema financiero de España al «desnudar» íntegramente sus cuentas y balances en las pruebas europeas de resistencia y el rigor del análisis a bancos y cajas españoles no pueden ser más positivos para despejar las dudas de una vez y abrir los mercados.

Así lo explican algunos de los analistas financieros que asistieron ayer a una reunión en el Banco de España con varios representantes de la entidad, como el director general de Regulación, José María Roldán, quien les informó pormenorizadamente de los detalles más técnicos de estas pruebas y a quien hicieron todo tipo de preguntas en un encuentro que duró una hora y media.

También estuvieron presentes, por parte del Banco de España, el director general adjunto de Supervisión, Fernando Vargas, y el responsable de Estabilidad Financiera, Daniel Pérez-Cid, además de entre 80 y 100 analistas financieros, inversores y representantes de bancos comerciales y de inversión españoles y extranjeros.
Para Enrique Martín, socio responsable de Banca de Analistas Financieros Internacionales (AFI), la lectura de la reunión es «muy positiva». El test ha sido un ejercicio de estrés «duro, creíble y transparente» y ha salido bien, «aunque tengamos cinco suspensos», agregó.

De las 91 entidades financieras analizadas en 20 países europeos, 27 de ellas españolas, sólo siete «suspendieron» el test al no alcanzar la solvencia exigida en caso de crisis económica y de deuda: un banco alemán, otro griego, y cuatro agrupaciones de cajas de ahorros españolas, además de la intervenida CajaSur.

No obstante, pese a que estas entidades españolas no alcanzaron el ratio de solvencia mínimo exigido en las pruebas -el 6% de Tier 1, que mide los activos de máxima calidad-, el apoyo público que necesitarían no alcanza el 1,5% del PIB, muy inferior al capital inyectado en los bancos de otros países.

Transparencia

Tanto Roldán como Vargas insistieron en que aquí se ha analizado casi el 100% del sistema financiero y que si hubiera sido sólo el 50%, como en otros países, todas las entidades habrían aprobado con holgura.

En cuanto a cómo reaccionarán mañana los mercados, todos los analistas consultados consideraron que los inversores valorarán el esfuerzo y la transparencia. Coincidieron en que también tendrán en cuenta que las entidades que no han aprobado son pequeñas y el capital que necesitan, apenas 2.000 millones, es perfectamente asumible.