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La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, ratificó ayer que España no ha pagado rescate alguno por la liberación del pesquero Alakrana y aseguró que acepta las críticas «razonadas y razonables» por la gestión del secuestro y en las que no ha incluido las del PP.

La vicepresidenta felicitó a los tripulantes del barco por haberse podido reunir, «sanos y salvos», con sus familiares.
Tras insistir en que lo importante es que se pudiera cumplir el objetivo de que quienes han sufrido el secuestro fueran liberados, consideró que no es el momento de hacer muchas especulaciones, pero recalcó que España no ha pagado ningún rescate «y todo ha funcionado de forma razonable».

En esa línea, subrayó que ella, como encargada de coordinar las tareas de rescate, asume toda la responsabilidad en torno a la liberación y acepta las críticas «razonadas y razonables porque de ellas "dijo" siempre se puede aprender».

El enemigo
No obstante, tras recalcar que los piratas son «los primeros y únicos responsables» del secuestro y han usado todo tipo de presión, extorsión y coacción, volvió a lamentar que el PP haya intentado obtener rédito electoral.

Por otra parte, el presidente del PNV, Íñigo Urkullu, anunció ayer que exigirá a los Gobiernos central y vasco un protocolo de actuación ante situaciones similares, porque «no se puede volver a repetir el ridículo y la improvisación de estos 47 días».

«La gestión del Gobierno español ha sido desastrosa. Ha actuado tarde y mal, sin rumbo», insistió Urkullu, quien acusó al Gobierno vasco de estar «desaparecido» y de no actuar con «voz propia».

También el PP ha anunciado que intensificará su ofensiva y formulará hasta cinco preguntas en la sesión de control al Ejecutivo del próximo miércoles en el Congreso a la vicepresidenta Fernández de la Vega y la ministra de Defensa, Carme Chacón.

De Cospedal aseguró que España tiene un Gobierno «destartalado, «sin rumbo», que «se pone nervioso constantemente».