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La participación de España en la cumbre del G-20 de Washington fue bien acogida ayer en general por las principales fuerzas políticas, incluida la oposición, que ha emplazado al Gobierno, no obstante, a seguir actuando de manera urgente, especialmente contra la crisis económica española. Un día después de que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, interviniera ante los líderes del G-20 para hablar de la reforma del sistema financiero internacional, las reacciones de los distintos partidos no se han hecho esperar.

«Orgulloso» del papel desempeñado por Zapatero se ha mostrado el PSOE en un comunicado difundido por su secretaria de Política Internacional y Cooperación, Elena Valenciano, quien ha felicitado al presidente por su aportación a ese foro.

Un foro al que, según el vicesecretario de Política Autonómica y Municipal del PP, Javier Arenas, España «debe acudir por derecho propio» con la bandera nacional, porque los españoles se lo merecen. Junto a Arenas estaba ayer en Algeciras, en la clausura de unas jornadas sobre Medio Ambiente, el responsable de Economía del PP, Cristóbal Montoro, quien incidió en que el Gobierno debe tomar «decisiones inmediatas contra la recesión» sin esperar a la próxima reunión del G-20, que podría celebrarse antes de finales de abril. «La cumbre de Washington ha acabado y la crisis de España va a seguir con nosotros», advirtió Montoro, y ha hecho notar que «la crisis en España se llama paro y falta de competitividad, y hay que abordar estos problemas con políticas nacionales». El más crítico fue el hasta ahora coordinador general de IU, Gaspar Llamazares, que lamentó que Zapatero «haya desperdiciado en Washington la oportunidad de liderar el cambio del sistema financiero internacional».

Llamazares ha echado en falta que en Washington se hiciera una crítica a fondo de la especulación financiera y ha dicho que los culpables de esta situación siguen todavía «muy fuertes y siguen frenando que se exijan responsabilidades y cambios». También habló de los resultados de la reunión de Washington el secretario de Política Internacional de UGT, Manuel Bonmatí, para el que los líderes del G-20 no se han quedado en una mera declaración política, sino que «han tomado conciencia de la gravedad de la situación».

Frente a esta postura se ha situado la opinión del secretario de Acción Sindical Internacional de CCOO, Javier Doz, que entiende que los acuerdos alcanzados en la capital estadounidense son «insuficientes» y poco concretos y según el cual es necesario tomar medidas para aumentar la confianza de la gente y el consumo.