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El vicepresidente primero del Gobierno, Mariano Rajoy, endureció ayer la ofensiva contra el PSOE que comenzó este miércoles en el Congreso de los Diputados, en especial sobre las diferencias entre las privatizaciones «sin control» que se hicieron en la etapa en La Moncloa de Felipe González y las que ha llevado a cabo el PP. A su juicio, algunos dirigentes socialistas han mentido sobre este proceso, por lo que exigió al secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero que les «llame al orden».

Esta ofensiva del Gobierno contra el PSOE comenzó en la sesión de control en el Congreso de este miércoles. El presidente Aznar no aprovechó su intervención en el Pleno para atacar a Zapatero en la primera ocasión que tuvo tras el debate de Presupuestos. Sí lo hicieron, en cambio, los dos vicepresidentes, Mariano Rajoy y Rodrigo Rato. El primero continuó con sus ataques en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de ayer.

Rajoy aseguró que el miércoles no hubo crispación por parte del Gobierno, que se limitó a contestar las preguntas de los diputados socialistas. Eso sí, reiteró las acusaciones que ya lanzó en el pleno: algunos miembros del PSOE acusan sin fundamento. Concretamente, se refirió a la parlamentaria María José López, que habló de los contratos que Pedro Arriola tiene con la Administración, unos contratos que, según el Gobierno, no existen, y del secretario de Organización, José Blanco, que insinuó que el proceso de privatizaciones esconde financiación del PP.

«Lo que no se puede hacer es insinuaciones ni acusaciones sin pruebas», dijo, y exigió a los socialistas que demuestren sus afirmaciones. Por eso, Rajoy aseguró que Zapatero, ya que «autoriza este tipo de oposición», debe «llamar al orden» o responder de las afirmaciones de los dirigentes de su partido. El vicepresidente aprovechó las críticas a Blanco y sin que ningún periodista le hiciera referencia directa a las privatizaciones, para explicar la diferencia entre el proceso llevado a cabo con el PP en el Gobierno y el realizado por los socialistas. Comparó las 201 solicitudes de comparecencia que ha atendido el PP con las 35 que aceptó el PSOE.