La médico Tamara Contreras posa con las firmas recogidas contra las guardias de 24 horas. | Efe - Rodrigo Jiménez

TW
3

La intensivista del hospital menorquín Mateu Orfila, Tamara Contreras, ha entregado este miércoles a la ministra de Sanidad, Mónica García, un total de 110.000 firmas para acabar con las guardias de 24 horas, que había recogido a través de la plataforma Change.org.

Durante la convocatoria, García se ha comprometido a implantar guardias de 17 horas antes de abolir definitivamente las de 24 horas a través de una reforma en el Estatuto Marco, porque es un cambio «estructural» que tiene que darse «poco a poco» y «progresivamente».

La médico que trabaja en Menorca se ha mostrado satisfecha, «me voy casi más contenta de lo que venía porque existe el compromiso de modificar el estatuto para final de año, y que en 2025 ya acabemos con este tema de las horas complementarias», ha expresado.

Contreras ha compratido que «no se puede pasar del todo a la nada, es decir, de las 24 a las 12 horas, sin caminos intermedios», por lo que ha calificado como «un gran paso» empezar por jornadas de 17 horas.

La ministra ha recordado que las horas de guardia no computan como hora trabajada y ha reiterado su compromiso de cambiar el Estatuto Marco durante este 2024. «Desde el Ministerio estamos plenamente comprometidos con esta medida, sabiendo que es compleja, que requiere una reestructuración de nuestro sistema de salud, una reestructuración de nuestras horas de trabajo», ha abundado.

En este punto, ha aclarado que el hecho de que se acabe con las guardias de 24 horas no significa que vaya a haber una disminución en las retribuciones de los profesionales. «Lo que queremos es que los profesionales trabajen bien, que ningún paciente sea el paciente al que se le atiende en la hora 23 y que se disminuya todo eso que la evidencia científica dice que son los errores médicos que se producen por el cansancio de los profesionales», ha explicado la ministra.

Así, ha recordado que son medidas «de calado y complejas» que se tienen que consensuar con los sindicatos, con las sociedades científicas, con las comunidades y con todos aquellos actores implicados. Sin embargo, ha reconocido que, después de 50 años con este modelo, «va a costar cambiarlo porque hay ciertas resistencias».

García ha llamado a tener en cuenta que un profesional que hace una guardia un fin de semana está trabajando 60 horas a la semana. «Esto no ocurre en ninguna otra profesión en la que se trabaje legalmente», ha apostillado.