Imagen del embalse de Cúber, el pasado fin de semana. | F.F.

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Las lluvias y la nevada de la pasada semana han tenido los efectos esperados en las reservas hídricas almacenadas en los dos embalses de la Serra de Tramuntana. Las fuertes prepicitaciones en los puntos más elevados de Escorca han permitido aliviar una situación que sigue siendo preocupante, pero un poco menos que a inicios de año, habiéndose incrementando en más del 9 % la capacidad a disposición del consumo de ambos vasos: Gorg Blau y Cúber.

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De hecho, la medición realizada este lunes por Emaya la sitúa en un global de 41,75 %, lejos del 32,5 % del pasado 3 de enero, que creció levemente hasta el 35'7 % cinco días después, para despegar con los primeros episodios serios de precipitaciones hasta el 40'1 % del 12 de enero. Las cifras distan de lo esperado y necesario para afrontar los próximos meses, pero estas lluvias han servido de colchón.

Ese incremento de las reservas de los dos embalses en un 9,2 % en apenas unas jornadas de este mes de enero deja el montante acumulado en Cúber en un 42,8 %, mientras que en el caso del Gorg Blau, asciende al 41,06 %, creciendo de manera ostensible respecto al 34 % del 8 de enero. Un respiro para las reservas hídricas a la espera de nuevos episodios de agua y nieve en este invierno.