El arquitecto y escritor Carlos García-Delgado, en un momento de su intervención. | Jaume Morey

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El arquitecto, ingeniero industrial y escritor Carlos García-Delgado ha pronunciado este viernes en el salón de plenos de Cort el Pregó de la Festa de l’Estendard, con el título Passejant per Medina Mayurqa el 1229, y con el que quiso evocar cómo era Medina Mayurqa antes del asalto, el 31 de diciembre de 1229, de las tropas de la Corona de Aragón, comandadas por el Rei Jaume I, y homenajear a aquellos mallorquines musulmanes que murieron por defenderla.

Presentado por el primer teniente de alcalde, Javier Bonet, García-Delgado ha recordado que Medina Mayurqa «era una ciudad habitada por unas 20.000 personas de las tres religiones. La mayoría eran musulmanes, pero había también judíos y cristianos. Por entonces ya era una ciudad grande y antigua, con 1.350 años. Era de las más extensas y pobladas de Al-Andalus, lo que equivalía a ser de las más grandes de Europa, unas cuatro veces Barcelona».

El pregonero ha destacado que «en el Llibre dels Feits, el Rei Jaume I manifestó su admiración al ver por primera vez la imponente ciudad, que se emplazaba tras una muralla de más de un kilómetro de longitud junto al mar. Cuando vio ese espectáculo, el Rei Jaume I dijo: La ciudad más bella jamás vista».

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García-Delgado ha pasado a describir esa ciudad: «Medina Mayurqa era una ciudad de calles estrechas y trazado laberíntico -en muchos casos se puede reconocer en el actual-, casas bajas y numerosos huertos. Lo primero que llama la atención es que era una ciudad hecha de tierra, en las calles, en las paredes de las casas y en las mezquitas, a lo que se añadía el bullicioso barrio de la actual Gerreria, abarrotado de talleres donde se vendían platos, jarras, ollas y cántaros. Y sonidos habituales eran los de las olas al pie de las murallas y el rumor del agua de acequias y canales».

Pregón de la Festa de l'Estendard
Aspecto del salón de plenos durante el pregón de Carlos García-Delgado. | Jaume Morey

Otros referentes mencionados por el arquitecto han sido Portopí, el puerto natural de la ciudad; la presencia del mar en las actuales vías Sagrera y Antoni Maura; y la ciudadela fuertemente amurallada en el interior de la gran ciudad: la antigua Almudaina.

Así, García-Delgado ha señalado que «la mezquita mayor se localizaba donde hoy está la Seu. Sabemos que en Medina Mayurqa había al menos 18 mezquitas que se han podido documentar y situar, pero seguramente había muchas más. Por su parte, la ciudad tenía una plaza central que albergaba el gran mercado, precisamente donde se halla ahora la Plaça del Mercat».