Joana Berber, Josep Amengual y Àlex Volney en Llibres Ramon Llull.  | Jaume Morey

TW
4

«Tenemos el mayor número de basílicas de Occidente, después de Roma y Ravena, pero no se ha hablado nada de ese período histórico en Balears, que va desde la llegada de los vándalos en el 455 a la incursión musulmana en el 903. Como mínimo, que se mencione, porque donde había basílicas hubo gente que las financió, artesanos que las hicieron y feligreses que las frecuentaban», afirma el eminente historiador y prior del Monestir de la Real, Josep Amengual (Biniali, 1938), que publica

Con la publicación de un segundo volumen prosigue su titánica obra de más de 4.000 páginas escritas sobre el Cristianismo, el Judaísmo y el Islam en el Archipiélago, que edita Llibres Ramon Llull. La serie completa tendrá ocho tomos y ofrecerán la panorámica más exhaustiva publicada al respecto, que en esta ocasión saca a la luz el periodo más oscuro y desconocido de las Islas bajo el título La història de Mallorca i les religios del llibe. Vàndals, bizantins i musulmans (455-903). Basíliques i mosaics. La trajectòria singular de les Illes Balears. Este volumen es una continuación del primero, publicado el año pasado.

Noticias relacionadas

«El pueblo germano de los vándalos cruzó el Rin y fue bajando hacia el sur, entraron a la Península y poco después al norte de África. También atacarían Balears, aunque nunca se diga. Llegarían hasta Cartago y la conquistarían para controlar la producción de trigo del imperio romano», explicó el martes el autor a los medios. Sobre la facilidad que tuvieron para avanzar, dijo que en ese momento Roma tenía «demasiado» Estado y la gente estaba sometida a pagar muchos impuestos para financiar un ejército «enorme». «Tal y como pasa ahora; por eso, la gente apenas oponía resistencia a la llegada de los vándalos», añadió el editor Àlex Volney, que ha revisado toda la obra de Amengual, donde documenta que el primer obispo de Mallorca debió de ser de familia judía. «Se llamaba Elías, que es un nombre del Antiguo Testamento, y los cristianos, entonces, solo usaban nombres del Nuevo Testamento», señaló, y añadió que junto a los obispos de Menorca y Eivissa acabaría desterrado en África por los vándalos.

Tras el paso de este pueblo, los visigodos ocuparían la Península y luego lo harían los castellanos, pero en las Islas no fue así. «Se busca crear esa extrapolación para decir que las Islas eran castellanas, pero no es verdad: los visigodos no eran un pueblo marinero y no vinieron; además, el Islam llega a Balears dos siglos después que en la Península. Y cuando llega, los carolingios ya han dominado gran parte de la actual Catalunya», comentó el autor, que rechaza hacer historia como «campaña política» y defiende recurrir a los documentos de cada época. De hecho,    detalla la resistencia de los romanos cristianos (luego llamados bizantinos) en el Castell d’Alaró contra los musulmanes durante ocho años y su petición de auxilio al Imperio carolingio.

El apunte

De los últimos sabios que aún pueden consultar textos en latín

Josep Amengual confiesa que la publicación de su obra apenas generará debate porque prácticamente está solo, ya que es uno de los últimos sabios mallorquines que aún puede consultar textos originales en latín. «A nadie le interesa la historia antigua», lamenta, pero es plenamente consciente de que sus afirmaciones difícilmente pueden ser debatidas por otros expertos que analicen documentación de la época.