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El segundo día de la World Travel Market atestó el estand de Baleares durante toda la jornada, más incluso que en el día de apertura. Entre los visitantes, el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón (y uno de los pocos presidentes autonómicos desplazados a la feria internacional de Londres), quien saludó efusivamente a Marga Prohens y Llorenç Galmés y humildemente les declaró, entre besos y abrazos, pleitesía eterna en materia turística. «Vengo aquí a aprender de vosotros». Ya será menos. Si Mazón se mira o no en el espejo de Balears es un misterio seguro hasta para los agasajados, aunque si lo hace no es para fijarse en la ecotasa, abrazada al fin por el PP balear y remozada con un nuevo reparto finalista; el mandatario valenciano ha acudido a Londres para presentar su comunidad como destino tax-free y libre del impuesto turístico que impulsó su predecesor, Ximo Puig, y que él ha prometido borrar de la faz del Levante español antes de que pueda ni siquiera echar a andar.

Solo Andalucía y Canarias, además de Balears, han contado con representación presidencial en la cita. Para las demás autonomías ya estaba el ministro Héctor Gómez, que despachaba entrevistas como churros para seguir cumpliendo con la agenda con precisión militar. Cara de cansancio. Su escudera, Rosana Morillo, secretaria de Estado de Turismo y ex directora general del ramo en el Govern balear, ya ha pasado por muchas ferias y tiene clara la estrategia a seguir. El secreto es el fondo de armario y tener claro que ese día tampoco es que vaya a pasar a verte Carlos III. «Mira al principio sí, que tal y pascual, pero ahora se trata de ir cómoda». Otro que sabe lidiar con las penurias de los compromisos institucionales y mediáticos es el incombustible es Manuel Butler, director de Turespaña en Londres, tan bregado en esto ya que cansa al cansancio.

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La WTM echa el cierre tras la jornada de hoy. Gran parte de la delegación balear se despidió de Londres en el día de ayer, entre ellos el alcalde de Palma, Jaime Martínez, y gran parte de la comitiva autonómica. Para los miembros de la resistencia –entre ellos los del Consell de Mallorca, con una agenda maratoniana de reuniones en el día de hoy– les queda el consuelo de una última noche de despedida, después de un cóctel vespertino en la Embajada española el lunes que supo a poco o a casi nada, directamente. Que la Embajada no es un irish pub ya lo sabían, y que el embajador, José Pascual Marco, te invite a su casa tampoco es como que lo haga Bertín Osborne, pero hombre... Esto es todavía Londres, ¿no?

Quien sí sabe cómo montar una fiesta es el alcalde de Calvià. Juan Antonio Amengual ha aprovechado la visita para anunciar que la comunidad inglesa residente en el municipio va a tener su propio Saint George’s Day. Que qué es eso de que solo los irlandeses de Santa Ponça pudieran empaparse de Guiness con su San Patricio particular. La idea es que coincida con el propio día de Sant Jordi y que aglutine un buen número de actividades para que los ingleses se sientan como en su casa. O en la de Bertín.