Noah, junto a su madre Cristina, que sí tiene la doble nacionalidad.

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«Me asombra que siendo toda mi familia francesa no me quieran dar la nacionalidad por ser adoptado». Noah Jaume Sastre es español desde que cuando era un recién nacido fue adoptado en Etiopía y llegó a Mallorca. Ocurre que su abuela materna es francesa. Su madre, Cristina, y su hermana Marta tienen la doble nacionalidad. Sin embargo, a él Francia no le da esa posibilidad porque no reconoce la adopción española. «Esperábamos un reconocimiento automático al ser dos países de la UE», dice su madre.

La familia se ha visto enredada desde hace dos años en un frontón burocrático con los tribunales franceses. Todos tienen la doble nacionalidad española y francesa menos el hijo menor. Tras vueltas por consulados y embajadas, el asunto terminó en un Tribunal de Nantes que considera que la adopción no existió jamás. «Desde pequeño he querido ser francés. Toda mi familia son franceses», dice Noah. «Es un tema de discriminación para mí, como madre que uno de mis hijos no pueda ser igual que sus primos, que su hermana o que yo», añade la madre.

La adopción fue reconocida por una sentencia en Etiopía y registrada sin problemas por las autoridades españolas. Desde que no llegaba al año, Noah tiene nacionalidad española. El problema que se plantea es que en Francia, además de la adopción plena, la única que hay en España, existe una ‘adopción simple’. En ese matiz legal se pierde la resolución y no se acepta más allá de los Pirineos.

Cristina explica que la única solución que les dan es iniciar los trámites de adopción desde cero para que sea efectiva en Francia. Eso implica trámites imposibles y otros sorprendentes. «Mi hija, con veinte años ha tenido que hacer un escrito para decir que está a favor y me dice: ‘Mamá, cómo voy a decir ahora que mi hermano es mi hermano’», añade. La parte imposible es localizar una partida de nacimiento de Noah en Adís Abeba en la que coste su familia biológica. La adopción se hizo en un orfanato que no existe ya y ese documento es probable que no se llegara a expedir. La única que hay tiene a sus padres españoles.