En la imagen, Miguelina Pitrocino, Juanjo Bosch, Estela Artesana Isabel García Milán e Isabel León García.

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La ampliación de los horarios de las terrazas de bares y restaurantes del barrio de La Lonja ha provocado cierta división de opiniones entre los residentes. Algunos, especialmente aquellos que viven en calles aledañas, lejos del gentío, han recibido la medida del Ajuntament con alegría, «así podremos disfrutar un poco más de los bares, ahora cerraban muy pronto». Otros, por contra, mantienen una postura mucho más crítica. Denuncian ruidos «hasta las tantas», que les impiden dormir y que temen que se agraven a partir de ahora. «Aquí nadie se pone de acuerdo», sentencia Toni Cardona, vecino de la zona de toda la vida.

Efectivamente, parece que la medida no logrará la satisfacción general, ni entre las partes afectadas (restauradores y residentes) ni entre el mismo grupo de residentes. La joven Marta Castro vive en el carrer Sant Llorenç, una de las callejuelas cercanas a la Plaça Drassanes. «A mí me parece estupendo, porque es una ampliación de horario que se adapta más al ritmo de vida español», asegura. Sale de vez en cuando a cenar o tomar algo y en más de una ocasión ha tenido que marcharse al filo de las once, debido a la anterior normativa. «Que amplíen el horario hasta las doce de la noche creo que es bastante razonable como para no molestar a nadie y poder hacer una vida normal», opina. Frente a su edificio, se ubica un pequeño pub sin terraza, con el que, asegura, nunca ha tenido ningún problema.

Isabel García Milán y su hija Isabel León García residen en el carrer San Pere y también se posicionan a favor del cierre de terrazas a medianoche: «Por la noche suele haber mucha gente en la Plaça Drassanes y en la plaza de La Lonja, allí es donde está el problema, pero en las calles de alrededor no tenemos tantas molestias», explica García Milán, a lo que su hija subraya: «Sobre todo es en verano cuando suele haber jaleo». Estela Artesana y Miguelina Petrocino esperan que esto anime al sector de la restauración, un gremio, dicen, que «hay que cuidar porque genera mucha riqueza y puestos de trabajo».

En medio de ambas posturas contrapuestas se sitúa Juanjo Bosch: «No creo que vaya a haber mucha diferencia, porque aquí siempre ha habido mucho ruido». Bosch pone el foco de la problemática en un lugar en concreto: «Aquí en la Plaça Drassanes siempre se suele liar un poco, pero es gente que vive por la zona. Se juntan, beben y algunos se pasan» y forman un poco de escándalo.

En el lado contrario, Irene Sansó y Carlos Molina están todavía más indignados, si cabe: «Se nota que ha ganado el PP y de qué lado está el Ayuntamiento», critica Lozano, quien tacha la medida de «despropósito, sobre todo, con todo lo que hemos luchado los vecinos». «En mi caso, me levanto muy temprano para ir al trabajo y muchas noches me cuesta dormir del ruido de los bares. Aún con todas las ventanas cerradas, es imposible», cuenta María Sonsoles González, quien teme a partir de ahora tener más dificultades para conciliar el sueño. En la misma calle vive Toni Cardona, que, con cierta equidistancia, se resigna ante la medida: «Hagan lo que hagan, seguirá todo igual. Al final, no es algo tanto de leyes o normativas, sino de civismo. Y eso es más difícil de cambiar».

El apunte

Ampliación de horario de las terrazas

Los restaurantes del barrio de la Lonja podrán mantener abiertas las terrazas hasta las 00h los días laborables y hasta las 00:30h los festivos y vísperas, desde este lunes, 9 de octubre. Hasta ahora, la normativa en vigor -promulgada en 2019 por el anterior Ajuntament, liderado por los socialistas- limitaba la actividad hasta las 23h, como prevención a las molestias vecinales por el ruido. La medida fue puesta en duda por la Justicia, que emitió sentencias pidiendo la anulación del decreto de cierre anticipado. Ahora, el nuevo alcalde, Jaime Martínez, ha hecho cumplir las sentencias.