Joan Francesc Muñoz, en una playa con una camiseta que pone NASA.

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Han pasado dos años desde que Joan Francesc Muñoz (Son Ferriol, 1992) trabaja en la empresa americana Jet Propulsion Laboratory que subvenciona la prestigiosa Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), en California. Desde que se graduó y se doctoró en Ingeniería de Telecomunicaciones, especializándose el campo de satélites y observación terrestre, el joven asume en la actualidad tres líneas de trabajo tan específicas en un área que apenas cuenta con 1.000 expertos a nivel mundial.

Entre sus responsabilidades, destaca la observación de señales de posicionamiento –como un GPS–, emisiones que rebotan en la superficie terrestre y las captura con un receptor. Puede estimar, incluso, dónde se ha producido el rebote. «Es una técnica que se inventó hace 30 años y desde entonces ha habido varias misiones. Con el trabajo que hacemos, principalmente, intentamos ver cómo podrán ser los receptores del futuro».

Así como su especialidad, que tiene un pasado y evolucionará, la Inteligencia Artificial (IA) es «la Revolución Industrial del siglo XXI». En esta entrevista opina sobre el avance digital, la salida del chatGPT y el desconcierto que estas máquinas han creado a nivel mundial. «Quien no utilice hoy en día técnicas de la inteligencia artificial, se queda atrás, porque esta revolución no parará. Es una herramienta potentísima que debemos utilizarla de forma adecuada para beneficiarnos».

Lo mismo piensa del chatGPT: «Tenemos que ser cautelosos con esta máquina, pero como cualquier tecnología que se crea tiene cosas positivas y otras negativas». Recuerda que fueron los principales impulsores de la IA, como el fundador de la OPEN IA, Elon Musk, publicaron una advertencia acerca de los riesgos de la IA a fin de que los gobiernos pongan el freno hasta que se implementen ciertas regulaciones.

En este campo, al ingeniero mallorquín de la NASA no le sorprendería que Estados Unidos liderara este mercado. Una de las «fascinaciones» que ya ha podido ver son los coches autónomos o inteligentes en ciudades como San Francisco o Phoenix. Pero, ¿qué pasará en el ámbito laboral? Desde su punto de vista, sin duda cree que la inteligencia artificial creará nuevos puestos de trabajo «más eficientes»: «Como toda revolución industrial y tecnológica, los trabajos cambian. Ya no vemos los mismos oficios del siglo XIX, por ejemplo, o han cambiado radicalmente».

Pero sin duda, lo que sí ve es que Mallorca es territorio apto para beneficiarse de la Inteligencia Artificial. «No hace falta ser una gran potencia para aprovecharnos de esta tecnología. El gran beneficio, a mi juicio, de la IA es que creamos cosas nuevas basadas en sí en IA. Y por eso vemos cada vez más empresas locales hacia esta dirección».