Las autoridades aplauden al presidente del Consell de Mallorca, Llorenç Galmés, este martes durante la celebración del 12 de septiembre.

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El equipo de gobierno del Consell de Mallorca, formado el PP y Vox, ha celebrado este martes en solitario, y como si fuera la Diada oficial de la Isla, el día de 12 de septiembre, con el fin de conmemorar la jura del rey Jaume II de la Carta de franqueses i privilegis del Regne de Mallorca en 1276. El PSIB, Més y el PI, en cambio, no han participado, como ya avisaron, porque consideran que la Diada de Mallorca es la del 31 de diciembre, tal y como marca la actual normativa insular desde 2016, cuando el Pacte recuperó esta fecha en homenaje a la entrada del rey Jaume I en 1229 a Madina Mayurqa.

«Tal día como hoy hace 747 años, en la iglesia de Santa Eulària de Palma, tenía lugar un acontecimiento decisivo para esta tierra. Con este otorgamiento, podemos decir que se inicia una época dorada para Mallorca, basada en unos derechos que regulaban la convivencia de los súbditos de aquel tiempo en términos muy avanzados. El 12 de septiembre cambió nuestro devenir y asentó las bases de lo que somos y de nuestra forma de vivir», ha afirmado el presidente del Consell, Llorenç Galmés, durante su discurso.

«La celebración del 12 de septiembre tendría que ser motivo de gozo y hermandad y no de discusión. Este año no se ha podido celebrar de forma oficial por el poco tiempo que llevamos en el gobierno de esta institución, pero trabajaremos intensamente para que así sea el año que viene. Es recuperar la fecha, recordemos que en 1997 se aprobó con el apoyo de todos los grupos políticos, excepto uno, y veinte años después, y de manera unilateral y sin consenso, la cambió el pacto de izquierdas, iniciando, así, una disputa política y apropiándose de una fiesta que tendría que ser de todos. Esta recuperación de la fecha ahora es la voluntad de los ciudadanos, que lo trasladaron en las urnas, y lo será con el aval de los historiadores. Una fecha que no se tendría que haber cambiado nunca. El 12 de septiembre es la fiesta de Mallorca», ha defendido Galmés entre aplausos.

Cabe recordar que en 1997, Maria Antònia Munar, de Unió Mallorquina, instauró el 12 de septiembre como Diada rememorando la jura del rey Jaume II. Sin embargo, desde el fin de la dictadura franquista se había celebrado el día 31. La portavoz del PP en el Consell, Núria Riera, ha criticado «la falta de respeto institucional de la izquierda», a pesar de que el PI tampoco se ha sumado y ha defendido la Diada del 31 de diciembre porque así lo avalaron historiadores y entidades de la sociedad civil. Sobre este proceso, que impulsó el Pacte, la portavoz ha dicho que están elaborando un nuevo informe que respalde el cambio que impulsarán.

Riera ha negado que volver a celebrar la Diada el 12 de septiembre sea una decisión ideológica, como sí cree que lo es que sea el 31 de diciembre, y ha defendido que no se tendría que haber producido el cambio en 2016.

Al acto, que ha consistido en una exposición del pergamino original de la firma en el Palau del Consell y una ofrenda floral ante la tumba del monarca en la Seu, han asistido muchos alcaldes del PP, regidores de Vox e incluso la presidenta balear, Marga Prohens. También el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne, el comandante general de la Zona Militar de Baleares, Fernando Luis Gracia Herreiz, y el director del Archivo del Reino de Mallorca, Ricard Urgell.

Infantilismo político

El portavoz del PI en el Consell, Antoni Salas, ha vuelto a apostar por mantener la Diada del 31 de diciembre por la importancia histórica que implicó la entrada de Jaume I en lo que actualmente es Palma. «Cada cuatro años no podemos cambiar la fecha según el color político que haya, es un infantilismo político que no se puede consentir. Basta de este debate absurdo», ha afirmado. Estos cambios, ha insistido, provocan que la gente no sienta como suya la Diada de Mallorca.

Desde Més, Jaume Alzamora, ya comentó que históricamente el 31 de diciembre es la fecha «más relevante de la historia de Mallorca, como fecha fundacional de la comunidad humana que hoy en día todavía se entiende como pueblo mallorquín». «Nadie pone en duda este hecho», apuntó, añadiendo que incluso las cristaleras de la sala de plenos del Consell, antigua diputación de Baleares, rememoran esta gesta. «Justo en la institución que preside Galmés, que parece avergonzarse de la historia de Mallorca», concluyó.