La playa de Palma repleta de turistas esta temporada. | P. Pellicer

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Las llegadas turísticas van a volver a registrar máximos esta temporada, aunque gran parte de los visitantes aterricen con el freno de mano echado para tratar de contener el dispendio. Los turistas no quieren renunciar a sus vacaciones, pero la alegría gastadora no es la del año pasado y eso se está traduciendo en una reducción del consumo y de los días de veraneo en las Islas. El gasto acumulado está siendo mayor al del año pasado (un 11 %), pero ello se debe fundamentalmente a la subida de precios y a un mayor flujo de visitantes hasta ahora, concretamente del 15 %. Cabe recordar que la temporada turística de 2022 tardó más en arrancar debido a la ralentización que supusieron factores como ómicron y el estallido de la guerra en Ucrania.

De este modo, el gasto acumulado ha experimentado un repunte a la par, aunque ligeramente por debajo, del registrado en las llegadas. Las ganas de gastar, no obstante, no son las mismas: el dispendio por visitante ha caído en un 3,2 % y se está notando de manera especial en mercados punteros como el alemán, el británico o el italiano. Por otro lado, el informe The Hotel Pricing Outlook de Simon-Kucher, publicado ayer, sitúa el Archipiélago como el destino español más caro con unas tarifas medias hoteleras que llegan a los 224 euros.

Las Islas siguen siendo caras en comparación a otros destinos turísticos europeos y la fórmula que está tomando la delantera para los que siguen decantándose por veranear en el archipiélago balear es la de reducir los días de vacaciones: la estancia media ha bajado de la semana al pasar de siete a seis días. Es más, en relación con 2021 el recorte de las vacaciones llega a los dos días (se rozaba los ocho días de estancia media) en el caso de los visitantes internacionales.

Asimismo, las aerolíneas low cost siguen ganando terreno en los vuelos internacionales a Baleares como una medida más para abaratar las vacaciones. El Archipiélago se ha convertido en el principal centro de conexiones en España para las compañías aéreas de bajo coste: es la comunidad autónoma que concentra un mayor volumen de operaciones de este modelo en detrimento de las compañías tradicionales.

La recesión alemana, principal mercado de Baleares, está siendo un ingrediente clave de esta situación. La inflación en el país repuntó un 6,4 % en junio y los hogares alemanes tienen muy presente la necesidad de contención del gasto. El economista Tomeu Cantallops, portavoz de la junta directiva del Cercle d'Economia de Mallorca, explica que «la inflación alemana se mantiene alta y eso hace mella entre sus ciudadanos, para los que las vacaciones tampoco son un bien de primera necesidad». Asimismo, «influye también las recomendaciones de la Unión Europea de empezar a reducir las ayudas por el gasto energético o las situaciones de conflicto social en mercados también importantes para Baleares como Francia».

María Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), relativiza la tendencia a la baja de la estancia media al señalar que «hay que tener en cuenta que tenemos un turista que viaja más veces al año y por menos tiempo». Además, indica que los cambios en la contratación del alojamiento han influido igualmente. La comercialización vía turoperadores y agencias de viajes sigue siendo mayoritaria, pero la contratación directa con los hoteles va incrementándose y eso implica una reducción de los días de estancia: los paquetes vacacionales suelen incluir más días que los planes personalizados que improvisan los clientes por su cuenta.

Una lectura que se constata en alquiler turístico. Desde la patronal Habtur, su gerente, Maria Gibert, señala que en su sector las estancias se sitúan en los seis días de media que ya marcaban el año pasado y que, de hecho, se está produciendo un aumento de las estancias de menos días en determinadas viviendas para después cambiar de zona sin abandonar necesariamente el destino.

Bajada del consumo

El transporte de mercancías de consumo para el sector servicios cifra en un 15 % la bajada en relación con los volúmenes del año pasado. Ezequiel Horrach, presidente de la Agrupación Empresarial del Servicio Discrecional de Mercancías de Baleares, explica que «hay menos trabajo que el año pasado: el consumo diario ha ido a menos y lo estamos notando» y reconoce que esta situación puede ser fruto de una corrección natural de los inusuales volúmenes de gasto del año pasado, debidos en gran medida al ahorro embolsado durante la pandemia. «Esperábamos que el consumo siguiera al alza este año, pero parece que no va a ser así», señala para añadir que «estamos regresando a lo que es una temporada más normal».

Asimismo, explica que se está realizando un estudio para determinar cuáles son los productos que están notando más este retroceso, aunque eso será algo que no se pueda definir hasta que finalice la temporada. Idéntica estimación de la bajada en el consumo (-15 %) hace el presidente de la patronal del comercio Pimeco, Guillem Mas, quien explica que «este verano hay menos gente en Palma comprando y en eso influye el calor o las dificultades en los accesos». La actividad ha menguado y, según indica, eso es fácilmente comprobable en la menor afluencia de clientela en horarios que el año pasado mostraban un gran dinamismo, como las últimas horas de la tarde.

Desde el sector de la restauración hacen una valoración en sintonía con las anteriormente reseñadas. «No hay la misma alegría por gastar ni las mismas ganas de vino y grandes cenas», señala el presidente de CAEB-Restauración Mallorca, Alfonso Robledo, para añadir que las condiciones meteorológicas no han estado ayudando. Desde la patronal del sector en PIMEM, su presidente César Amable, explica que los horarios de actividad se les han acortado. «El año pasado teníamos todavía gente a medianoche y ahora a los once y pico ya hemos cerrado».