Ciudadanos refrescándose en el Parc de ses Estacions durante una ola de calor el verano pasado. | M. À. Cañellas

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Llega julio y con él, el estío en todo su esplendor: los termómetros suben y empiezan a inundar el vocabulario colectivo términos meteorológicos de los que ya somos expertos: noches tropicales y tórridas, olas de calor, la sensación térmica... Las quejas por el calor protagonizan las charlas en ascensores, oficinas y bares. Pero no en todo el territorio mallorquín se vive la misma intensidad climática. No es el mismo calor en Palma que en Llubí.

El portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en Baleares, Miquel Gili, explica que, pese a estar sometidas a condiciones meteorológicas parecidas, hay localidades en la Isla en las que el termómetro aprieta más que en otras. Si hablamos específicamente de datos meteorológicos, el factor decisivo es la humedad. Cuanto mayor sea el nivel, más aumenta la sensación térmica. «En zonas con una humedad del 50 %, los 35 ºC de máxima que estamos teniendo estos días se traducen en una sensación de 41ºC», indica el portavoz. Este fenómeno incide en las zonas costeras de la Isla y, sobre todo, en horario nocturnas, motivo por el que en todo el litoral las noches acostumbran a ser más calurosas y cuesta más conciliar el sueño, como en Palma, Calvià, Santanyí o Alcúdia. Por contra, en municipios del Pla, como Llubí, Algaida, Costitx, Montuïri o Porreres, al haber menos humedad, las noches dan un ligero respiro y pueden bajar de los 20ºC en pleno julio o agosto.

La topografía y el viento también juegan un papel clave. Según aclara Miquel Gili, cuando el viento sopla del sur o de Llevant, sobrevuela la Serra de Tramuntana y baja más caliente, por lo que hace subir los termómetros. Es lo que ocurre en zonas como la Vall de Sóller, donde en ocasiones las temperaturas nocturnas no descienden de los 30ºC. Por último, Gili subraya el factor humano: «La sensación de calor depende en gran medida de lo acostumbrada o no que esté la población». Así, en puntos históricamente más calurosos, no se percibe tal agobio como en otros no habituados a tales temperaturas.

Riesgo para la población mayor

Mapa de indicadores del riesgo para la población ante olas de calor. Fundación Matrix.

Fruto de esta diferencia climática, la población mayor afronta diferentes riesgos de, sobre todo, a episodios de olas de calor. Los más expuestos, según el estudio de la Fundación Matrix, son los habitantes de Palma, Manacor y Calvià. «Pese a estar en el litoral, tienen una alta densidad poblacional. A más población, mayor es el riesgo», indica el director de la Fundación Matrix, Javier Montalbo. El investigador apunta a que cada vez será más la población en riesgo, debido a los efectos del cambio climático. De hecho, los puntos más 'fríos' de Mallorca se están calentando. Según otro estudio de la fundación, Escorca es el municipio de la isla, junto a Fornalutx, en el que más han aumentado los eventos de calor extremo en los últimos 30 años. De 1961 a 1990 se dieron seis, mientras que entre el 91 y el 2020 aumentaron a 27. «Mallorca es cada vez una isla más tropical. Son necesarios protocolos públicos de adaptación para prevenir posibles muertes por calor», sentencia Montalbo.