Inicio de la manifestación en Palma. | Jaume Morey

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«En España los traficantes de odio crecen cada día más y con esto aumentan las discriminaciones, las agresiones, el miedo y el armario. Estamos en plena ola reaccionaria y los derechos que se conquistan con décadas se pueden perder en pocos meses con gobiernos ultras». Así de contundente ha sido el histórico activista Juanito López, que junto a la coordinadora federal de Políticas Lésbicas de la FELGTBI+, Tatiana Casado, ha leído este miércoles el manifiesto de la marcha del Orgullo LGTBI en Palma, que por primera vez ha empezado en el Born y ha finalizado en el parque de Ses Estacions.

«Nos movilizaremos el próximo 23 de julio para defender nuestros derechos, para no retroceder, para no volver a tener miedo. Que ninguno se quede en casa porque tus derechos, los nuestros, están en juego. Por nuestras vidas, ¡votad a Sumar o votad a los socialistas», ha gritado López ante los aplausos de un millar de personas concentras tras acabar la manifestación. El activista se ha salido del guion porque el manifiesto firmado por una trentena de entidades se limitaba a pedir el «voto rosa» por partidos que defiendan al colectivo.

Más de 2.500 personas, 5.000 según la organización, ha recorrido las calles de Ciutat. «Abascal vete a tu corral», «Aquí está la resistencia trans» o «los fascistas al armario» son algunos de los cánticos que han gritado los manifestantes durante el recorrido. Algunos llevaban carteles con mensajes como el de «Los más homosexuales son de Vox» o «Decide lo que importa», encima de una mano que lanza a una papelera el logotipo del partido junto a la bandera franquista y una foto de Abascal; una clara referencia a la lona que Vox colgó en Madrid reproduciendo la misma imagen pero con los logotipos feminista, LGTBI, de la Agenda 2030 y el símbolo okupa y la estelada.

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El arranque ha coincidido con el anuncio del pacto entre el PP y Vox para hacer presidenta a Marga Prohens. El acuerdo prevé, entre otras muchas cosas, modificar la Ley LGTBI de Balears. Han sido los únicos partidos que no han ido a la marcha, pero las ‘populares’ Catalina Cirer y Lourdes Roca, regidora de Igualdad en Cort, fueron a título personal. El resto de partidos sí que han estado presentes. También ha habido representación de los sindicatos CCOO, UGT, Ruge (las Juventudes de UGT), el Sindicato de Periodistas de Balears (SPIB) y el STEI. Así como miembros de asociaciones como ALAS, el Colectivo Transfeminista, Tambors per la pau, la batucada feminista Femso, Amnistía Internacional o Médicos del Mundo.

En el discurso se ha hecho referencia a la entrada de Vox a las instituciones de la mano del PP, como en el Parlament balear. «Estamos escuchando que desde las instituciones se nos llama degenerados subvencionados. Dicen que ponemos en riesgo la identidad de 47 millones de personas, que hemos pasado de recibir palizas a imponer nuestra ley, que el Orgullo impregna con su olor las calles de Madrid», han dicho los activistas. «Nos señalan para que nos agredan, para que nos insulten y volvamos al armario. Los responsables políticos directos del aumento de delitos de odio, que han crecido un 68 % respecto del año pasado, son los que vomitan odio desde los parlamentos y las instituciones», han reiterado, y han reclamado que se firme un pacto de estado contra los discursos del odio.

La ausencia del PP en la marcha y que esta semana el partido aceptara no colgar la bandera LGTBI en la fachada del Parlament, a instancia de Vox, ha contrastado con el mensaje de la líder ‘popular’ en Balears, Marga Prohens, que antes de anunciar el pacto ha escrito en su Twitter: «Libres de ser, libres de querer, libres de vivirlo con orgullo. Libertad, siempre».

Contra la LGTBIfóbia

El discurso también se ha referido a que Abogados Cristianos denunciara al IES Porreres por dar a leer un cómic que «contribuye a introducir los contenidos de educación afectivo-sexual con perspectiva diversa». También han señalado otros ataques LGTIBfóbicos, como el de Izan, que fue agredido hace unas semanas en Mallorca, y el caso de una niña de 15 años que se suicidó en Lloseta. «Todo apunta a que lo hizo por el sufrimiento de no recibir el apoyo adecuado que cualquier persona trans necesita para poder vivir con dignidad». El manifiesto también ha reclamado unidad dentro del colectivo, ya que la aprobación de la Ley Trans causó división de opiniones hace unos meses. «Por mucho que lo intenten, tenemos claro que no conseguirán dividirnos. El movimiento LGTBI es feminista, los derechos trans, también, y nuestros derechos son garantía de los derechos de las mujeres. Si caemos nosotros, las siguientes serán ellas, todas las mujeres».