Una línea blanca incitaba al transeúnte a buscar su propio equilibrio. | M. À. Cañellas

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El Festival Internacional de Performance Adema arrancó este sábado convirtiendo la calle de Sant Jaume y la plaza de Santa Magdalena en arte reivindicativo, disfraces y sonidos para invitar a los ciudadanos a explorar nuevas formas de ser y de actuar. El colectivo internacional Food and War, que estos días preparó con mucha ilusión su creación artística con más de 200 escolares de Palma, reunió a un grupo de mujeres migrantes africanas para llevar a cabo el inicio de su proyecto Cuando el agua es más segura que la tierra. Las mujeres participantes han ido trenzando sus cabellos cada una a una cuerda, conectándose entre sí, creando una red en la que comparten sus historias personales, sus ilusiones y sus orígenes.

Asimismo, esta primera performance contó con objetos rescatados de embarcaciones que han cruzado el Mediterráneo cargada de personas que buscan un mejor futuro en Europa. Los espectadores pudieron ver también como los artistas caminaban por el centro palmesano sobre una línea recta blanca de casi 300 metros intentando mantener el equilibrio, de forma caótica y confusa, incitando al transeúnte a no ser un mero espectador para que busque su propio equilibrio.

La segunda cita del Festival Internacional de Performance continuó la noche de este sábado en el espacio Tank, de la Escuela Universitaria Adema, con trabajos de diferentes artistas internacionales y los alumnos. El medio ambiente, la sostenibilidad y la globalización fueron los temas centrales de los diferentes proyectos.