Imagen del Club de Vela del Port d'Andratx. | CVPA

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El proceso de 'gentrificación' que están sufriendo los clubes náuticos en Baleares ha llevado a algunos de los más emblemáticos a ver comprometido su futuro como entidad a nivel social y deportivo tras décadas de labor en sus respectivas áreas. El caso del Real Club Náutico de Palma es el más sonado y mediático, llevándoles a echarse a la calle el próximo 15 de abril, a las 11 horas, para reclamar una normativa que tenga en cuenta su trabajo y espacio.

Pero otros casos están sobre la mesa y han generado polémica que ha llegado incluso a los tribunales. La Asociación de Clubes Náuticos de Baleares (ACNB) habla claramente de la situación de precariedad del Club de Vela Port d’Andratx, recordando los casos del Club Marítimo de Mahón, el Club Náutico de Ibiza o el citado Real Club Náutico de Palma, de la misma manera que cayó en el olvido el Club Marítimo Molinar de Levante. Una coyuntura que «es descriptiva de una situación gravísima que exige la adopción de medidas urgentes. De lo contrario, los puertos públicos de Baleares se convertirán en el negocio privado de unos pocos y las Islas se verán privadas de un valioso patrimonio marítimo», afirmaba la ACNB en un escrito en el que lanzaba un serio aviso a navegantes ante un futuro incierto para sus miembros.

«La clase política no puede seguir dando la espalda al proceso de gentrificación de los puertos deportivos de Baleares, donde la presión de grandes empresas amenaza con provocar la desaparición de los clubes náuticos y el cierre del acceso al mar de los residentes locales», recordaban desde la ACNB, que se ha sumado a la protesta del Náutico de Palma ante la Autoridad Portuaria de Baleares (APB), haciendo un llamamiento a las autoridades estatales y autonómicas para que desarrollen de una vez por todas un marco legal que garantice la supervivencia de los clubes náuticos y el fomento del deporte».

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La decisión del consejo de administración de Ports de les Illes Baleares de iniciar el procedimiento de reversión y adjudicación de las instalaciones del Club de Vela del Puerto de Andratx en favor del Grupo Iniciatives Portuàries Miral de Mallorca (IPM) fue el detonante que hizo estallar a la ACNB, sumándose este caso a otros anteriores dentro de un panorama que deja en el aire las concesiones de algunos de los más emblemáticos, con el Real Club Náutico de Palma al frente.

Cartel anunciador de la manifestación del 15 de abril.

La diferenciación entre negocios mercantiles como pueden ser las marinas, o las entidades sin ánimo de lucro (clubes) dedicadas al fomento del deporte -vela, piragüismo...- y una labor social es clave para entender la reivindicación de los clubes y del sector náutico ante la posibilidad de que desaparezca el modelo instaurado hasta el momento en detrimento de otro que puede derivar en el cierre del acceso al mar de los residentes locales.

Por todo ello, la ACNB señala a las instituciones y habla por su parte de «nulo celo» para impedir «claras situaciones de dominio de mercado», señalando que el Grupo IPM tiene en explotación «cuatro puertos deportivos (Marina Port de Mallorca, Marina Cuarentena, Marina Ibiza y Marina Port Mahón) y dos varaderos (STP y Varadero Ibiza)». Y añade un argumento contundente: «El CVPA, en su condición de entidad sin ánimo de lucro, se ha significado por el fomento de la vela, el piragüismo de base y la promoción del deporte inclusivo, algo que no forma parte de los planes del Grupo IPM ni de ninguna de las empresas que en los últimos año se han ido haciendo con el dominio de los puertos de las Islas», remarcan a la hora de tratar un asunto que ha generado un revuelo entre el sector que le llevará a salir a la calle y protestar ante al APB por una legislación que les tenga en cuenta y evite una posible desaparición de los clubes náuticos tal y cómo los hemos conocido.